miércoles, 27 de octubre de 2010

Sobre ciclistas negros de peluche jugando a Farmville

Un par o cuatro fotos sacadas esta semana:

1) Prohibido andar en bicicleta. ¿Qué tiene de raro? Que está en el cuarto piso de la universidad.
Ahora sabemos por qué Hungría no tiene ciclistas famosos.

Joder hermano, ¡que son tus caramelos!
3) WTF?! Esto estaba también en la uni.

El fanatismo de Farmville puede llegar a límites insospechados.

4) El día que fui a comprarme un cubo de Rubik vi esto. No sé, me dieron miedo. Y ahora quiero comprármelos.
Jur.
Lo siento pero no tenía ni idea de qué título poner a esta entrada. La próxima vez tendrá sentido, lo juro.

lunes, 25 de octubre de 2010

Sobre un Mani Bar

Hace unos días paseaba tranquilamente por un centro comercial cuando me dio por conectarme a Internet con el móvil. Encendí el móvil, active el modo Wi-Fi y esperé a que aparecieran en la pantalla el nombre de las redes cercanas.

Cuando por fin se cargaron todas, busqué una a una alguna que no estuviera protegida con contraseña. Y la encontré. Y quedé petrificado al leer su nombre: 

Mani Bar.

¡Mani Bar!

¡Hay un bar con mi nombre! Como si de un concursante de La noche de los castillos me tratara, corrí de un lado a otro en busca de aquel local abierto en mi honor.

En el piso inferior no estaba, así que subí las escaleras. Allí tampoco lo vi, y cuando estaba a punto de darme por vencido, lo vi:

Mani bar ¬¬
¡Era una barra de manicura! Mi gozo en un pozo, mejor no se lo cuento a nadie...

Sobre profes y profas.

Nota antes de empezar: esto que voy a contar tiene más gracia contada en inglés. De hecho, solo tiene gracia en inglés, porque todo se debe a una confusión ya que en inglés no se distingue el género en los sustantivos. Profesor = Profesora = Teacher.

Al lío:

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Íbamos el pequeño Nicolás y yo a una clase el otro día. Acabábamos de comernos cada uno un platazo gigante de espaguetis a la boloñesa en un bar, y claro, en una situación como esa de "barrigallenitis aguda" no tuvimos elección: había que usar el ascensor.

Al llegar, vimos que en la cola había dos personas esperando: un chico alto con el portátil hombro y la profesora de la asignatura a la que íbamos. El pequeño Nicolás había hecho pellas en la clase anterior, por lo  que no conocía a la profesora nueva aún, así que me giré y le dije "¡tsss tsss! ¡Está la profesora!", a lo que contesta "bien, así no tenemos que correr" en su característico inglés. Creo que ya os he hablado alguna vez del acento de nuestro amigo francés.

Nos montamos, le damos al botón y el cacharro empieza a subir, pero se para un piso antes del nuestro, y el chico del portátil se baja. Cuando las puertas se cierran, el pequeño Nicolás se gira y me dice extasiado:

"¡Ha ha! ¡El profesor se ha equivocado de piso!"

Yo no sabía dónde meterme, notaba que una carcajaba me subía por el pecho, llegaba a mi cuello, atravesaba mi boca... era inevitable... cerraba yo los labios con fuerza para evitar el desastre cuando inesperadamente alguien más rompió a reír: the teacher!

Cuando pudo calmarse sonrió al sorprendido pequeño Nicolás y le dijo: "hello, I am the teacher". (Sí, el "I" lo dijo en negrita), a lo que el pobre gabatxo no pudo más que responder con un apagado pero cómico "merde".

sábado, 23 de octubre de 2010

Sobre siestas en clase y examen en grupo

Salí de clase y me fui al aula de estudios a hincar un poco los codos porque 5 horas después tenía otro examen más. Aunque después de ese primer 'examen' no sabía si debía hincar codos o irme a bañarme al Danubio, porque como el estudiar sirviera para lo mismo... Al final decidí ir al aula de estudios porque el agua estaría muy fría.

Llega la hora del segundo examen.

Antes de nada voy a poneros en antecedente para que entendáis el por qué de mis sorpresas. 

El primer día estuvimos unos 20-25 en clase, yo diría que casi todos los matriculados. El profesor llegó, puso el proyector en marcha, apagó las luces, bajó las persianas del todo y empezó a leer las diapositivas una a una con una voz que hay que entrenar mucho para que sea así de soporífera.

El segundo día éramos 15 en clase (aprox). Vaya.

A partir del tercer día y hasta el último, hemos sido 6 en clase, dos de los cuales siempre aprovechaban esas dos horas para acomodarse en primera fila y hacer una bola con sus jerseys y abrigos para usarlos de almohada en sus siestas de 120 minutos.

El profesor, Mr. Suda, hacía honor a su nombre y todo eso le importaba un pepino. Nunca cambió nada en su protocolo: encender proyector, apagar las luces, bajar las persianas, apoyarse en la pared al final de la clase y leer las diapositivas una a una con su entusiasta voz.

Supongo que ahora entederéis que me sorprendiera que el día del examen no entrásemos en clase por toda la gente que iba a presentarse: era una clase de 30 asientos y éramos exactamente 30 alumnos. Y allí nos sentamos todos, codo con codo.

"Al menos habría diferentes modelos de examen para que no os copiarais entre vosotros".

Nanai de la china. El mismo examen para todos.

"Bueno, entonces además de él habría un par de profesores más echándoos un ojo para que no copiarais".

Meeec. Error. Mr. Suda era el único en clase.

"Seguro que estaba con un fusil en mano atento a todos vuestros movimientos. Era una clase pequeña y era fácil vigilar".

Pues tampoco, oye. Se dio media vuelta y se pasó 15 minutos escribiendo en la pizarra.

"¿Escribía que había cámaras vigilando? ¿Amenazas por si alguien se atrevía a copiar?".

Nop. Escribía datos utilísimos, necesarios para entender cómo hacer el examen. Cosas como:

Nombre del profesor: Mr. SUDA.
Fecha de hoy: 20 de octubre de 2010.
Séptima semana lectiva.
La semana que viene será la octava.
Vuestra nueva profesora será Ms. No-sé-qué.
Dará clases hasta el final del semestre.
Tenéis 60 minutos para hacer el examen.
Son las 12:15.
Terminará a las 13:15.
¡Suerte!

Y para rematar, al terminar se puso a leer una revista. Debía de ser de humor, porque no paró de reír en toda la hora.

Por lo menos el examen fue más difícil que el examen de la mañana y solo el 60% era exactamente igual que el examen del año anterior (que por supuesto nos enseñó una semana antes).

jueves, 21 de octubre de 2010

Sobre exámenes, mujeres y dinero.

Y aquí está de nuevo el vasquito. Me he hecho esperar, ¿eh?

Esta semana ha sido una semana dura, con miles de exámenes (miles=5) y varios trabajos. Por fin he empezado a hacer ejercicio (¡ya iba siendo hora!) y daba una pereza...

Pero es que lo de hoy ha sido una pasada. En diez días no me pasa nada interesante para contar (bueno, en realidad tengo una entrada medio empezada del viernes que fuimos a cenar al mexicano, pero esa la acabo mañana. U otro día), y hoy me han pasado varias cosas.

Esta mañana tenía un examen en la asignatura de derecho. Anoche me quedé estudiando hasta tarde porque quería preparármelo bien, así que hoy ha tocado dormir poco (es por eso que esta entrada será un mini resumen nada más, que se me caen las pestañas). 

Ha sonado el despertador como siempre, y como siempre lo he apagado y lo he retrasado 5 minutos más. Como siempre, cuando ha vuelto a sonar lo he vuelto a programar para 5 minutos después. El problema ha venido cuando ha vuelto a sonar, lo he apagado y ahí me he quedado, calentito en la cama y el sueño no ayudando para llegar al examen de las 8:15.

De repente, abro los ojos: ¡zas!

Los abro mucho, como cuando el oculista te dice que los abras para mirarte dentro, como si quisiera ver lo que estás pensando atravesándote con su mirada.

"Mierda, el examen", es lo primero que pienso.

Miro el reloj: 7:55.

"Mierda, el examen", es lo segundo que pienso.

Pego un salto y antes de llegar al suelo ya estoy vestido y con la bolsa preparada, un manzana guardada y las llaves en la mano.

Corro, corro, corro y corro. Milagrosamente el señor del tranvía ha notado mi presencia gracias a su sentido arácnido y ha esperado pacientemente a que llegara y me montara al tranvía para arrancar. Después los semáforos se han puesto de acuerdo para estar en verde cuando el tranvía pasaba y al llegar la gente me ha hecho un pasillo para poder llegar lo antes posible.

Llego a la puerta del edificio R, que por supuesto era el último de todos.

Entro, y miro hacia el ascensor esperando que la suerte siguiera acompañándome un poco más. Pero no, seiscientas personas aguardaban la llegada del ascensor, así que he mirado a las escaleras, he pensado "Venga Xabi, que son 5 pisos de nada" y he salido escopetado hacia arriba.

Eran las 8:20.

Cuando voy por el segundo piso noto que alguien está corriendo a mi lado: es Daniel, uno de los nigerianos de clase. Y no, no estaba entrenando para las olimpiadas, sino que también llegaba tarde al examen.

El tío corría que se las pelaba y yo empezaba a no sentir las piernas, pero el muy cab**n miraba hacia atrás de vez en cuando para saber si yo seguía su estela y claro, en momentos como esos solo se puede pensar "Ahí va la hostia, que se cree que corre más que yo. Para negro de verdad, yo".

Llegamos a la clase, que tenía la puerta abierta. Entramos. Está todo el mundo sentado y el profesor aún está explicando cómo hacer el examen, qué contestar, cómo hacerlo etc. No queda ni un sitio libre, la clase está abarrotada.

De repente, uno se levanta de su sitio con su examen, se lo da al profesor y se va. "Mala señal, uno ya se ha dado por vencido", pienso. Y claro, mal hecho, en estos casos no hay que pensar, sino coger esa silla que está libre antes de que cualquier nigeriano que haya llegado tarde como tú te la quite.

Peeeeero al de varios segundos otro más se levanta, y luego otro.

"Qué panorama, espero que el haber estudiado toda la noche valga para algo", pienso (por supuesto, después de haberme sentado, que con una vez ya he aprendido).

El profesor me da el examen.

Al turrón.

Primera pregunta: "¿Cuáles son los tres poderes primordiales del estado?". Yo, que me lo tenía bien estudiado, ya me sabía la respuesta antes de leer las posibles respuestas (por si no lo he dicho, parte del examen era un test de verdadero/falso y lo otro test con varias respuestas).

La respuesta, por supuesto es "legislativo, ejecutivo y judicial". Y ahí estaba, la primera de todas. Marcamos la A. ¿Estás seguro? ¿Marcamos la A entonces? ¿O quieres el comodín de leer por si acaso el resto de respuestas? Venga, vale.


¿Cuáles son los tres poderes primordiales del estado?
a) Legislativo, ejecutivo y judicial.
b) Dinero, mujeres y hombres.
c) Dinero, dinero y dinero.
d) Organización, ley común y ley civil.

¿PERO QUÉ DEMONIOS ES ESTO?

No, en serio, que creo que no se me ha entendido.

¿¿PERO QUÉ DEMONIOS ES ESTO??

En ese momento me ha dado por mirar el resto del examen, y resulta que había una nota que decía que las X últimas preguntas no había que responderlas por motivo X, quedando el examen en: 5 preguntas de verdadero o falso y 2 preguntas tipo test. Por supuesto, los errores no penalizaban. Y para sacar un sobresaliente podías fallar dos preguntas.

Después de recuperarme del colapso, he acabado el "examen" en menos de un minuto.

Sí, la gente que se levantaba cuando yo llegaba era porque ya habían terminado.
Sí, he estado estudiando toda la noche para esto.
Sí, había quien ha necesitado copiar.
Sí, esto que iba a ser un resumen del día de hoy se ha quedado en un resumen de la primera hora del día. Mañana más, y mejor.

sábado, 9 de octubre de 2010

Sobre deja vús, repeticiones y reporteros mexicanos

Ayer tocó ver el partido de España ante Lituania. Hasta ahora, la pedazo de tele que tenemos solo la hemos usado para ver fútbol y Rex (de momento a mi con eso me basta, mi tiempo y nivel de húngaro no me da para mucho más).

Así que nos hicimos unas palomitas y empezamos a ver el partido desde la cama. Yo bromeaba diciendo que Llorente, jugador del Athletic de Bilbao, metería un par de goles para demostrar lo que vale. Acabó el primer tiempo (0-0, no hubo goles pero La Roja lo tenía a punto de caramelo y Villa tuvo un par de cantadas, pero esto no es un blog de fútbol así que voy a seguir con la historia). Minutos después, tras un par de anuncios volvió la retransmisión del partido (en castellano por cierto, desde aquí sintonizamos Tve1), aunque notamos algo 'raro': los jugadores se habían juntado en una fila, y estaba sonando el himno de Lituania. ¿Pero eso no lo hacen al principio del partido? Al terminar, la cámara enfocó a los 11 jugadores de la selección española mientras sonaba el himno español. Era un poco cómico ver a un puñado de catalanes y a un vasco prestando atención absoluta al himno. 

Pero esto no es un blog de política tampoco, así que sigo con lo mío. ¿El tema del himno no lo hacen siempre antes del partido? Y después el reportero empezó a decir las alineaciones de los equipos.

Los engranajes de mi cabeza empezaron a funcionar.

Después se vio que enfocaban al centro del campo, donde estaban los 3 árbitros, con Iker Casillas y el capitán del otro equipo tirando una moneda eligiendo campo.

Crec crec crec, los engranajes iban más y más rápido.

Y entonces el árbitro pita el comienzo del partido. De la primera parte. Minuto cero.

¡¡¿¿QUÉÉÉÉÉÉ??!! (vaya, los engranajes no fueron lo suficientemente rápido)

Lo primero que pensamos es que a lo mejor no pudieron retransmitirlo al comienzo, porque hubo problemas con la señal de TV (nosotros no empezamos a ver el partido hasta el minuto 10 aproximadamente porque al principio pensábamos que no lo podríamos ver aquí), así que no hicimos nada más que seguir mirando a la tele, esperando que volviera el directo y ver empezar el segundo tiempo.

En los primeros diez minutos vimos lo que no pudimos ver antes de encender la tele.

En los siguientes cinco tuvimos un deja vú.

En los siguiente diez nos impacientamos, porque claramente la segunda parte había empezado ya.

Al minuto siguiente pensamos que todo era un error en Matrix y que a lo mejor la tele volvería en sí apagándola y encendiéndola de nuevo. Por supuesto, no coló.

Entonces empezó la desesperación. ¿Qué hacemos? ¡Que nos toman el pelo! Tras varios intentos infructuosos pegando golpecitos a la tele y al mando a distancia (incluso pensamos en cambiar las pilas al mando), pensamos que a lo mejor no solo nos pasa a nosotros, sino a todo el mundo. Estamos viendo tve1, lo lógico es que todo el mundo que tenga puesto tve1 vea lo mismo, ¿no?

Enciendo el ordenador para ver si es o no así. Entro en marca.com, y lo primero que veo es que el partido va 2-1. 

¡¡¿¿QUÉÉÉÉÉÉÉ??!!

Y luego veo que los dos goles los ha metido Llorente.

¡¡¿¿QUÉÉÉÉÉÉÉ??!!

Por supuesto, todo el mundo ve el partido perfectamente.

Me cago en todo lo que se menea, y decidimos acabar de ver el partido online. Tras varios minutos buscando, encontramos dónde hacerlo y vemos lo que queda de partido en una ventana treinta veces más pequeña que la tele, con parones, mala calidad y un comentarista mexicano. 

Por lo menos pudimos ver el tercer gol, el final del partido y después las repeticiones de los goles de Llorente.

Y después volvimos al cuarto, y vimos otra vez el tercer gol, el final del partido y después las repeticiones de los goles de Llorente.

iSobre fotos en clase

Este es el salvapantallas de una mis profesoras:
Dando ejemplo
Y este es nuestro amigo sudanés disfrutando de clase:
Dando otro tipo de ejemplo
En el autobús:
¿Asiento reservado para señores con bastón y perro con bozal?

Sobre motos en la acera

Muchas veces cuando algo pasa por primera vez te sorprende y te deja maravillado, con ganas de contárselo a todo el mundo cuanto antes (y de hecho, lo haces). Después pasa por segunda vez, y vuelves quedarte boquiabierto. A la tercera ya no es nada del otro mundo, y a la cuarta... pfff.

Recuerdo cuando hace unas semanas vi un tío en moto cruzar un paso de peatones. Sé que es una tontería, pero me pareció algo de otro mundo ver a alguien montado en la moto con su casco esperando a que el semáforo para peatones se pusiera en verde. 

Días después estaba esperando al tranvía cuando a mi lado se puso un chico sobre su Scooter, esperando para cruzar la carretera. Una vez más, estaba impresionado, y me extrañaba que la gente no lo mirara con curiosidad.

El jueves pasado volvió a suceder, pero simplemente sonreí y pasé de lado, sin darle mucha importancia.

Y ayer, volviendo a casa con la compra pasó una a mi lado bastante más rápido de lo que me habría gustado... y lo que pensé fue que yo estaba, como dirían en húngaro, "hasta la polla", o traducido al castellano, "harto de las motos".

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sobre dudas en clase y mafia húngara

Qué locurón.

Estábamos en clase de derecho hablando sobre quién puede y quién no puede tener responsabilidades legales: que si los menores necesitan un tutor, que si los discapacitados también, que si las decisiones tomadas por personas bajo los efectos del alcohol y/o drogas no son válidas... todo iba normal, hasta que la clase estaba a punto de terminar y el señor profesor ha preguntado si había dudas sobre lo que habíamos estado tratando.

Una chica ha levantado la mano: "yo tengo una duda".

Atentos a la duda.

"Hace año y pico, mi tía, que vive en Budapest quiso ir a Holanda. No tenía dinero para comprar un billete de avión o de tren, así que decidió acudir a la mafia húngara y cambiar su casa por un billete de tren. Firmó unos papeles, le dieron el billete, hizo las maletas y se fue a Holanda. Dos días después llamó a casa diciendo que no le gustaba Holanda y que quería volver a Budapest. No tenía dinero, así que le compramos el billete de vuelta. Ahora dice que quiere su casa de vuelta, y quiere alegar que estaba bajo los efecto de alguna droga para invalidar los papeles que firmó con la mafia. Es posible?".

Podéis imaginaros el percal. La gente no sabía si estaba alucinando o en un sueño, no sabían si llorar, reír o comprarle a la pobre señora una casa nueva. Si normalmente la gente sorprendida tiene los ojos como platos, el profesor tenía los ojos como ensaladeras, y se le ha caído la tiza al suelo.

Yo todavía flipo.

domingo, 3 de octubre de 2010

Sobre Dimanes, canciones imaginarias e hijos que te comes

Os podéis imaginar la cara que se le puede poner a uno cuando le llega a casa un papelito de Correos diciendo que tiene que ir a por un paquete y que el remitente es alguien con tus mismos dos apellidos pero el nombre no te suena de nada. 

Bueno, en realidad el nombre sí que me sonaba,:
Si giras la cabeza podrás leer "Dimane Manceras"
¡Dimane Manceras Ibarra me mandaba una carta! :O El error era obvio, pero me hizo mucha gracia. Nada más recoger el paquete lo primero que hice era ver si alguien podría confundir una palabra con otra:
El sobre que no era de Dimane pero venía del futuro.
No lo parece, yo lo veo clarísimo, pero supongo que si ves una palabra que no has visto en tu húngara vida es posible ver Dimanes por aquí y por allá.

 Y encima el paquete aparentemente llegó el 5 de octubre (estamos a 3 me llegó hace una semana).

Y ahora una pequeña tanda de fotos curiosas:



Seguro que muchos habréis pensado en esta última semana y pico que ya hace mucho que no me sale un orzuelo. Y efectivamente, llevo diez días sin uno, esto es inconcebible. Pero claro, siempre está atenta la señora herida del labio para aguar la fiesta. Pero esta vez decidí ir a la farmacia como un ser humano normal, y me compré un Zovirax que todo lo cura (joer, me acordaba del nombre y todo). Un pedazo de Zovirax, un señor Zovirax:


Un minúsculo Zovirax
Parece que en Viceroy se dedican a algo más que a relojes :-/


La ley anti-reloj es muy dura en Hungría
No sé si lo soñé, pero juraría que de pequeño conocía una canción que decía "alouette nananá nananá el culete". Pongo la foto solo para saber si estoy loco o efectivamente alguien más se acuerda de la canción (o de si algún otro está como una cabra como yo).


¡nananá el culete!
Y aquí el minipostre que me curré hace unos días. Tenía tan buena pinta que no pude evitar sacarle una foto. Ains, qué orgulloso estaba, era como un hijo. Como un hijo que te comes súper contento de lo orgulloso que estás de él.
Una manzana

Sobre una foto y ser chef pastelero

¡Al fin! Blogger ha decidido desenfadarse y me deja subir fotos otra vez, tachán-tachán...
La bici no entra en ningún sitio, y eso que mis bolsillos son enormes
Hay muchas cosas que poner en los muebles nuevos, aún hay maletas en el suelo lleeeeeenas de cosas que no cabían en ningún otro sitio :S

Y hace dos días nos trajeron un mini horno, así que ya puedo ponerme de nuevo el gorro de chef y currarme uno de esos postres sabrosones que me salen (bueno, quitando el trozo de carbón que acabó siendo el pastel de arroz que hice en julio). Flan, tortitas, torrijas, pastel de arroz, tarta de queso... ¡ñam ñam!

Y ahora a terminar los deberes, que en un par de horas tengo que ir a Media Markt a devolver la webcam que compré (hoy es el último día para hacerlo).

Cambio y corto.

sábado, 2 de octubre de 2010

Sobre un pan que no es pan

Yo venía a subir la foto, pero hoy tampoco me deja :S Primero el mueble, y ahora el Blogger el que no me quiere nada.

Estaba hoy cenando viendo el partido de la Real (ahora vamos a ver el del Athletic, las palomitas se están haciendo en nuestro nuevo y lustroso microondas). Pollo con salsa, y pan de molde para mojar, ñam ñam. 

Todo iba bien hasta que he notado que el pan sabía 'raro' :S La primera reacción, ha sido poner cara rara, cara de "aquí pasa algo". La segunda ha sido mirar el cacho de pan que quedaba en mi mano derecha. Y mira tú por dónde, no era pan, sino la servilleta. Llevaba varios minutos usando la servilleta para 'ayudar', y he tenido que morderla para darme cuenta. ADV

viernes, 1 de octubre de 2010

Sobre una fotica que debo

Ains, tengo una foto de la habitación "actualizada" con muebles y cosas y cosas y más cosas, pero a Blogger le ha dado por no dejarme subir fotos :S Mañana lo vuelvo a intentar :)

Sobre Rex, el Chef Tony y más leyendas (y leche)

Hoy mientras comíamos hemos visto el primerísimo capítulo de la mítica serie "Rex, un policía diferente". ¡Qué recuerdos! 

Recuerdo haber visto más de uno y de dos capítulos en casa de amama con Odane, Gorka y Naiara, y nos encantaba a todos. Y cómo no nos iba a encantar, ¡si era un perro que resolvía casos! Casi tan impresionante como el Chef Tony (ese sí que era admirable, como el de "a cento euro!", que cada diez segundos añadía algo más mejor que lo anterior como regalo por la compra de sus joyas. En el minuto 2:00 empieza la crema: "atentos al número que hay encima" y el engorile del 2:15. Después un poco de paja y si pasáis el video hacia el final veréis que al tío no le caben en la mano los regalos xD Tremendo. Y paro de hablar del italiano, que me está saliendo el paréntesis más grande de la historia).

Sigo con Rex.

Bueno no, esperad. En el minuto 7:40 se ve la mano llena de joyas y segundos después vuelven a poner énfasis en eso de "tenéis todavía 30 segundo para llamar (señalando arriba), apuntad, apuntad el número".

Ahora sí, Rex, carajo.

Además era el primer capítulo de la serie, que yo no lo había visto nunca, cómo se conocen Rex y el poli de pelo largo :O 

El único problemilla era que estaba en húngaro puro y duro, y por ahora no paso por frases de más de tres palabras. Peeeeeeero yo tengo a mi traductora simultánea personal que iba traduciendo cada frase según la decían. Era un poco raro, era como ver una peli en la que el doblaje no va a la par que la imagen (y suele ser odioso) pero en el que además se han olvidado de apagar el sonido original.

Era muy bonito todo, muy interesante, muy emotivo, estaba volviendo a mi infancia. Y ha habido un momento en el que me he puesto a pensar en eso, en que hacía mucho que no veía a Rex, y a los pocos segundos me he dado cuenta de que había desconectado del mundo real, así que me he dado una palmada interior para despertar de mi ensimismamiento. Tras hacerlo, lo primero que he oído ha sido "puf, me apetece un montón un café ahora".

Yo, tan servicial como siempre, he recogido la bandeja con los platos (ya habíamos terminado de comer) y me he ido a la cocina, mientras oía que me decía Eszter "yo me quedo, que quiero ver la siguiente escena, ahora te ayudo con eso".

He llegado a la cocina, me he puesto a hervir el agua, he echado los polvitos mágicos de café, he abierto la nevera y he cogido el cartón de leche. Iba a echarla, pero he dudado, no sabía si quería el café con leche. Así que he gritado (para qué acercarme) "¿QUIERES LECHE?". La respuesta ha sido otro grito "¿LECHE? ¿YO? ¿QUÉ?.

Como parecía que eso de gritar no funcionaba, me he asomado por la puerta del cuarto con el cartón de leche en la mano, y señalándolo le he preguntado "¿quieres leche?". Me ha mirado, ha arqueado las cejas en señal de sorpresa y me ha dicho, extrañada "no, gracias :S". Me he encogido de hombros, he vuelto a la cocina, he metido la leche en la nevera, he cogido el café y he vuelto con la taza en la mano. Al verme, la conversación ha sido algo así:

- ¿Café? ¿Tú? Pero si tú tomas de eso.
- No, es para ti.
- Pero si yo me acabo de tomar uno.
- ¿No acabas de decir que te apetecía un montón un café ahora?
- ¿Yo? Qué va.
- ...
- ...

Y de repente, a la vez, los dos nos hemos empezado a reír a carcajada limpia.

Como ya habréis imaginado, mis inteligente lectores, ella estaba traduciendo lo que decían en la tele cuando dijo lo del café, y yo, tan en mi mundo como siempre, he sido el único que ha necesitado diez minutos para pillarlo.

Ahora me toma el pelo y cada diez minutos me pregunta "¿quieres leche?".

¬¬