domingo, 19 de diciembre de 2010

Sobre una visita

Un par de fotos. Si hacéis click las veis más grandes.
La prueba de que ZetaZeta estuvieron aquí
Los ángeles de mantxi

Maider bailando YMCA. ¡Pero si son las letras!

Aquí se ve quiénes vinieron preparados para el frío y quién no.

Se hace la sorprendida, pero todos sabemos que le gustan grandes

Alberto está aterrorizado ante la visión de la pedazo de hamburguesa
que se tiene que comer
El asiento privilegiado del bar más chic

Los baños a varios grados bajo cero molan

No pudimos no visitar a mi amigo Joe

El bus que se confundió de camino

Sobre cinturones, cumpleaños y niños llorando

Anda, ¡pero si tengo un blog en el que escribir! Para celebrar el cumple de Leirash, voy a contar lo que me pasó el jueves en el gym.

Entro en el vestuario y cerca de donde me siento para cambiarme de ropa hay tres niños de unos 8 años. Los tres van vestidos con sus kimonos de karate, dos de ellos con cinturón naranja y el otro con cinturón blanco. Todo el mundo sabe que el cinturón naranja es más avanzado que le blanco, que es el primero de todos, el cinturón con el que se empieza.

Quizá por eso me sorprendió que los dos niños de cinturón naranja estuvieran sentados en el suelo llorando mientras el novato los azotaba con su cinturón.

Así sabrán quién es el jefe.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Sobre un Santa en apuros

Esta mañana me ha llamado Santa Claus. Sí, sí, yo estaba tan sorprendido como vosotros. Me ha comentado que esta mañana tenía que ir a un colegio a dar unos regalos a unos niños, pero resulta que la policía de las nubes le ha hecho un control antidopaje a sus renos y 3 han dado positivo en turrón. Parecía desesperado, necesitaba alguien que le sustituyese.

A pesar de que me ha despertado casi antes de amanecer no he podido negarme, ¡unos adorables niños iban a quedarse sin regalos! No si puedo impedirlo.

Me ha dado la dirección del colegio y me ha dicho que los regalos ya estaban allí, que los había mandado por correo por si acaso. También me ha dicho que también encontraría un traje de repuesto que siempre guarda por si acaso algún reno le mordisquea las mangas, y una barba, porque a veces le entran unos picores enormes y tiene que afeitársela (y está claro que esa pedazo de barba tarda al menos tres días en crecer).

Dicho y hecho oiga, me he plantado en el colegio, he encontrado el saco con los regalos y el traje de repuesto y he ido en busca de los niños.

Digamos que la barba postiza era un poco... en fin, artesanal :) Y el traje igual :)

¡Ha venido!
¿Quién quiere un regalito?
Todo ha ido como la seda, los niños han reído, han recibido regalos, me han hecho preguntas, han pedido deseos... pero los niños son muy listos, y me han descubierto. O eso han dicho, porque yo lo he negado todo (hay que mantener la reputación del viejo Santa).

¿Que cómo me han descubierto? ¿Por mi barba de papel? No. ¿Por aparentar ser un jovenzuelo a pesar de tener cien años? No. ¿Por haber entrado por la puerta sin renos en vez de bajar por la chimenea? No. ¿Por llevar ropa de calle debajo del traje? No. ¿Porque mis zapatos no son muy prácticos en el polo norte? No.

Entonces, ¿cómo lo han descubierto? 

Fácil, ¡porque Santa Claus el año pasado les habló en húngaro!

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sobre agujetas que se veían venir

Al final el clásico lo vimos en casa calentitos, con palomita de maíz, galletas y chocolate. Y sopa de sobre, que no se diga que todo era basura :P Resulta que la persona que creó el evento del Facebook para reunirnos fue poco previsor y reservó sitio para 45 personas, así que 8 personas tuvimos que quedarnos en casita (de forma voluntaria).

Para los que odiéis el fútbol (por ej. regalizrojo): no sus preocupéis, solo hablaré de ello un párrafo más.

5-0, paseo del Barça, Ronaldo no hace nada (bueno sí, empujar a Guardiola demostrando una vez más cómo es), Mou sin atreverse a salir del banquillo y fiesta para celebrarlo. Y me alegro (y no tiene nada que ver que el Madrid le metiera cinco al Athletic).

Fin de hablar de fútbol.

El domingo fuimos a una 'jornada deportiva'. ¿Y qué es eso? Pues un día en el que se junta mucha gente para hacer ejercicio, actividades de gimnasio sobre todo, como Step, bailar, pilates, aerobic, yoga, capoeira, estiramientos y mil cosas más. Cada hora había 4 actividades diferentes, empezando desde las 9 de la mañana hasta las 18:00 que terminaba. 

Así que me esperaban siete clases diferentes, que muy probablemente (105%) me dejarían medio muerto y con unas agujetas de aúpa durante las tres semanas siguientes.

Sonó el despertador a eso de las 8:00. 

"Uffff... qué pereza levantarse un domingo tan pronto... y mira, está nevando... ¿nos saltamos la primera clase? Que siete son muchas. Solo si quieres...".

Creó que respondí con un ronquido (ronquido=sí).

A las 9 nos despertamos, y esta vez también nos levantamos. Nos vestimos, preparamos las bolsas y a la calle. Llegamos al estadio y sacamos las entradas.
Uno poco de frío
Una vez dentro, me sorprende la cantidad de gente que hay. ¡No me esperaba ni el 10%! Como no sé medir a ojo os aviso antes, pero yo creo que había más de mil personas fijo. O más. A lo largo y ancho de las 4 salas habilitadas (una de ellas enoooorme, creo que era una cancha de baloncesto o dos) hay mesas con vasos de agua, Powerade, plátano, barritas energéticas y pastillas de azúcar:
Tres intentos un euro, si encestas todas premio seguro
 Y llegó la hora. Cada uno a su sitio. A mi me tocaba una clase de aerobic en la zona grande:
300 chicas por cada chico. ¿Algún soltero?
La clase me recordó mucho a las actividades del gimnasio al que iba en Bilbao con Maider y tanto echo de menos. Ahí estaba yo, dándolo todo rodeado de mujeres, como en los viejos tiempos :P

Acabó, y me tocó reunirme con Eszter para otra clase, entrenamiento de caardio puro y duro lleno de saltos, correr, abdominales y flexiones. Uf, esto empezaba a costar un poco.

Tercera clase, "Strike Zone". Es como una clase de hacer ejercicio normal, pero esta vez en las manos tienes dos pesos para ejercitar más los brazos que luego usas como apoyo para hacer flexiones y como peso adicional al hacer abdominales...

Madre del amor hermoso, aquí ya empezaba a no sentir las piernas. Los últimos minutos los pasé deseando que terminara... y todavía quedában tres clases más...

Turno de hacer Capoeira. Eszter también había elegido esa clase, así que fuimos juntos. Tenía muchas ganas de probarla porque es algo que me llamaba la atención sobre el resto de cosas. Y empieza la clase. Y yo empiezo a necesitar una grúa para moverme. Y luego ya la grúa necesitaba otra grúa para moverla. Y cuando el bucle se hizo infinito, decidí sentarme a un lado y descansar mientras todos hacían capoeira. Yo ya oía en mis adentros a Eszter decir "ya te había dicho yo que era mucho y que las clases te las tienes que tomar con calma, que no es como el gimnasio que vas una hora, lo das todo y te vas a la cama".

Por ahora, pude callar esa vocecita interna. Y más fotos:
Estaban todos menos yo,
y yo marcando el 112 como un idiota para oírte repetir
 en el contestador que "te has pasado de correr"...
Y luego le tocó el turno a Body Combat, que es una de las clases que más me gustaban cuando iba al gym. Es como pelear, pero contra el aire (nunca pierdes, o casi nunca). Patadas, puñetazos, saltos... de todo oiga, el pobre aire acaba derrotado. Eszter y Marcsi (una amiga de Eszter) también se habían apuntado a esa clase, así que fuimos los tres. Otra de las razones por las que quería esa clase era porque les había hablado mucho de ella y de lo mucho que me gustaba, así que además esperaba que la clase fuera buena y ellas disfrutaran.

¡Y estuvo genial! ¡Pim pam pum! Gané al aire, por supuesto. Pero por poco, porque al acabar no podía con mi alma (ya volvía la vocecilla...), pero estaba feliz y contento porque a ellas les gustó mucho y a mi también :D ¡Misión cumplida!

La siguiente clase, para relajar, era "Body Balance". Una mezcla de taichi, yoga y pilates que también hice en Bilbo, aunque no soy muy fan de eso (a mi me gusta más sudar). Pero nos venía bien porque serviría para relajarnos un poco y prepararnos para la última clase.
Y ahora, el orsanapio
Bueno, pues cuando quedaban cinco minutos, mi cuerpo se rindió, y no hubo grúa que pudiera moverme. Así que vi acabar la clase tumbado en la esterilla. Tenía sueño... ZZzzzZZZzz...

Justo antes de dormirme se acabó la clase y salimos. Faltaba una clase más, bailar. A mi me apetecía, pero mi cuerpo no podía más y Eszter también estaba cansada. Aún así nos arrastramos a la clase solo para ver que las miles de personas había elegido ir a bailar a esa hora, así que si queríamos meternos allí tendríamos que bailar agarrados a siete personas, todo ello subido en los hombros de otros tres, porque esa era la única forma de meternos todos allí.

Decidimos que qué bien estaría meterse en la cama con un colacao caliente y ver nevar... así que nos cambiamos de ropa y salimos corriendo (es un decir. Algo más fiel a la realidad habría sido decir "y reptamos a casa").

¡Ducha, colacao y a la cama! Vimos la tele (fútbol y tenis, por supuesto), hicimos los deberes que nos quedaban y a las 23:00 estábamos soñando con los angelitos.

FIN.

Bueno, no.

Al día siguiente me desperté, y no me pude levantar. Mis piernas no querían moverse, así que decidí moverlas con los brazos, pero mis brazos no respondían tampoco. Cuando por fin pude mover un músculo, y luego otro, el dolor vino a mi cuerpo y ahí sigue desde entonces. Las agujetas de la muerte han venido para quedarse, y ya llevan tres días de visita (y no quieren pagar alquiler).