miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sobre agujetas que se veían venir

Al final el clásico lo vimos en casa calentitos, con palomita de maíz, galletas y chocolate. Y sopa de sobre, que no se diga que todo era basura :P Resulta que la persona que creó el evento del Facebook para reunirnos fue poco previsor y reservó sitio para 45 personas, así que 8 personas tuvimos que quedarnos en casita (de forma voluntaria).

Para los que odiéis el fútbol (por ej. regalizrojo): no sus preocupéis, solo hablaré de ello un párrafo más.

5-0, paseo del Barça, Ronaldo no hace nada (bueno sí, empujar a Guardiola demostrando una vez más cómo es), Mou sin atreverse a salir del banquillo y fiesta para celebrarlo. Y me alegro (y no tiene nada que ver que el Madrid le metiera cinco al Athletic).

Fin de hablar de fútbol.

El domingo fuimos a una 'jornada deportiva'. ¿Y qué es eso? Pues un día en el que se junta mucha gente para hacer ejercicio, actividades de gimnasio sobre todo, como Step, bailar, pilates, aerobic, yoga, capoeira, estiramientos y mil cosas más. Cada hora había 4 actividades diferentes, empezando desde las 9 de la mañana hasta las 18:00 que terminaba. 

Así que me esperaban siete clases diferentes, que muy probablemente (105%) me dejarían medio muerto y con unas agujetas de aúpa durante las tres semanas siguientes.

Sonó el despertador a eso de las 8:00. 

"Uffff... qué pereza levantarse un domingo tan pronto... y mira, está nevando... ¿nos saltamos la primera clase? Que siete son muchas. Solo si quieres...".

Creó que respondí con un ronquido (ronquido=sí).

A las 9 nos despertamos, y esta vez también nos levantamos. Nos vestimos, preparamos las bolsas y a la calle. Llegamos al estadio y sacamos las entradas.
Uno poco de frío
Una vez dentro, me sorprende la cantidad de gente que hay. ¡No me esperaba ni el 10%! Como no sé medir a ojo os aviso antes, pero yo creo que había más de mil personas fijo. O más. A lo largo y ancho de las 4 salas habilitadas (una de ellas enoooorme, creo que era una cancha de baloncesto o dos) hay mesas con vasos de agua, Powerade, plátano, barritas energéticas y pastillas de azúcar:
Tres intentos un euro, si encestas todas premio seguro
 Y llegó la hora. Cada uno a su sitio. A mi me tocaba una clase de aerobic en la zona grande:
300 chicas por cada chico. ¿Algún soltero?
La clase me recordó mucho a las actividades del gimnasio al que iba en Bilbao con Maider y tanto echo de menos. Ahí estaba yo, dándolo todo rodeado de mujeres, como en los viejos tiempos :P

Acabó, y me tocó reunirme con Eszter para otra clase, entrenamiento de caardio puro y duro lleno de saltos, correr, abdominales y flexiones. Uf, esto empezaba a costar un poco.

Tercera clase, "Strike Zone". Es como una clase de hacer ejercicio normal, pero esta vez en las manos tienes dos pesos para ejercitar más los brazos que luego usas como apoyo para hacer flexiones y como peso adicional al hacer abdominales...

Madre del amor hermoso, aquí ya empezaba a no sentir las piernas. Los últimos minutos los pasé deseando que terminara... y todavía quedában tres clases más...

Turno de hacer Capoeira. Eszter también había elegido esa clase, así que fuimos juntos. Tenía muchas ganas de probarla porque es algo que me llamaba la atención sobre el resto de cosas. Y empieza la clase. Y yo empiezo a necesitar una grúa para moverme. Y luego ya la grúa necesitaba otra grúa para moverla. Y cuando el bucle se hizo infinito, decidí sentarme a un lado y descansar mientras todos hacían capoeira. Yo ya oía en mis adentros a Eszter decir "ya te había dicho yo que era mucho y que las clases te las tienes que tomar con calma, que no es como el gimnasio que vas una hora, lo das todo y te vas a la cama".

Por ahora, pude callar esa vocecita interna. Y más fotos:
Estaban todos menos yo,
y yo marcando el 112 como un idiota para oírte repetir
 en el contestador que "te has pasado de correr"...
Y luego le tocó el turno a Body Combat, que es una de las clases que más me gustaban cuando iba al gym. Es como pelear, pero contra el aire (nunca pierdes, o casi nunca). Patadas, puñetazos, saltos... de todo oiga, el pobre aire acaba derrotado. Eszter y Marcsi (una amiga de Eszter) también se habían apuntado a esa clase, así que fuimos los tres. Otra de las razones por las que quería esa clase era porque les había hablado mucho de ella y de lo mucho que me gustaba, así que además esperaba que la clase fuera buena y ellas disfrutaran.

¡Y estuvo genial! ¡Pim pam pum! Gané al aire, por supuesto. Pero por poco, porque al acabar no podía con mi alma (ya volvía la vocecilla...), pero estaba feliz y contento porque a ellas les gustó mucho y a mi también :D ¡Misión cumplida!

La siguiente clase, para relajar, era "Body Balance". Una mezcla de taichi, yoga y pilates que también hice en Bilbo, aunque no soy muy fan de eso (a mi me gusta más sudar). Pero nos venía bien porque serviría para relajarnos un poco y prepararnos para la última clase.
Y ahora, el orsanapio
Bueno, pues cuando quedaban cinco minutos, mi cuerpo se rindió, y no hubo grúa que pudiera moverme. Así que vi acabar la clase tumbado en la esterilla. Tenía sueño... ZZzzzZZZzz...

Justo antes de dormirme se acabó la clase y salimos. Faltaba una clase más, bailar. A mi me apetecía, pero mi cuerpo no podía más y Eszter también estaba cansada. Aún así nos arrastramos a la clase solo para ver que las miles de personas había elegido ir a bailar a esa hora, así que si queríamos meternos allí tendríamos que bailar agarrados a siete personas, todo ello subido en los hombros de otros tres, porque esa era la única forma de meternos todos allí.

Decidimos que qué bien estaría meterse en la cama con un colacao caliente y ver nevar... así que nos cambiamos de ropa y salimos corriendo (es un decir. Algo más fiel a la realidad habría sido decir "y reptamos a casa").

¡Ducha, colacao y a la cama! Vimos la tele (fútbol y tenis, por supuesto), hicimos los deberes que nos quedaban y a las 23:00 estábamos soñando con los angelitos.

FIN.

Bueno, no.

Al día siguiente me desperté, y no me pude levantar. Mis piernas no querían moverse, así que decidí moverlas con los brazos, pero mis brazos no respondían tampoco. Cuando por fin pude mover un músculo, y luego otro, el dolor vino a mi cuerpo y ahí sigue desde entonces. Las agujetas de la muerte han venido para quedarse, y ya llevan tres días de visita (y no quieren pagar alquiler).

1 comentario:

regalizrojo dijo...

Jajajaja... ¡¡qué deportistas!! Y yo orgullosa porque corrí media hora en la elíptica e hice un buen rato en las máquinas y media clase de spinning, que el lunes me emocioné porque el partido había evitado que los musculitos que viven en mi gimnasio fueran a esa hora y estaba todo desierto y maravilloso...

Por cierto, me voy al gimnasio!! Ver fútbol y tenis, qué rollo...

¡MUXUS!