domingo, 19 de diciembre de 2010

Sobre una visita

Un par de fotos. Si hacéis click las veis más grandes.
La prueba de que ZetaZeta estuvieron aquí
Los ángeles de mantxi

Maider bailando YMCA. ¡Pero si son las letras!

Aquí se ve quiénes vinieron preparados para el frío y quién no.

Se hace la sorprendida, pero todos sabemos que le gustan grandes

Alberto está aterrorizado ante la visión de la pedazo de hamburguesa
que se tiene que comer
El asiento privilegiado del bar más chic

Los baños a varios grados bajo cero molan

No pudimos no visitar a mi amigo Joe

El bus que se confundió de camino

Sobre cinturones, cumpleaños y niños llorando

Anda, ¡pero si tengo un blog en el que escribir! Para celebrar el cumple de Leirash, voy a contar lo que me pasó el jueves en el gym.

Entro en el vestuario y cerca de donde me siento para cambiarme de ropa hay tres niños de unos 8 años. Los tres van vestidos con sus kimonos de karate, dos de ellos con cinturón naranja y el otro con cinturón blanco. Todo el mundo sabe que el cinturón naranja es más avanzado que le blanco, que es el primero de todos, el cinturón con el que se empieza.

Quizá por eso me sorprendió que los dos niños de cinturón naranja estuvieran sentados en el suelo llorando mientras el novato los azotaba con su cinturón.

Así sabrán quién es el jefe.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Sobre un Santa en apuros

Esta mañana me ha llamado Santa Claus. Sí, sí, yo estaba tan sorprendido como vosotros. Me ha comentado que esta mañana tenía que ir a un colegio a dar unos regalos a unos niños, pero resulta que la policía de las nubes le ha hecho un control antidopaje a sus renos y 3 han dado positivo en turrón. Parecía desesperado, necesitaba alguien que le sustituyese.

A pesar de que me ha despertado casi antes de amanecer no he podido negarme, ¡unos adorables niños iban a quedarse sin regalos! No si puedo impedirlo.

Me ha dado la dirección del colegio y me ha dicho que los regalos ya estaban allí, que los había mandado por correo por si acaso. También me ha dicho que también encontraría un traje de repuesto que siempre guarda por si acaso algún reno le mordisquea las mangas, y una barba, porque a veces le entran unos picores enormes y tiene que afeitársela (y está claro que esa pedazo de barba tarda al menos tres días en crecer).

Dicho y hecho oiga, me he plantado en el colegio, he encontrado el saco con los regalos y el traje de repuesto y he ido en busca de los niños.

Digamos que la barba postiza era un poco... en fin, artesanal :) Y el traje igual :)

¡Ha venido!
¿Quién quiere un regalito?
Todo ha ido como la seda, los niños han reído, han recibido regalos, me han hecho preguntas, han pedido deseos... pero los niños son muy listos, y me han descubierto. O eso han dicho, porque yo lo he negado todo (hay que mantener la reputación del viejo Santa).

¿Que cómo me han descubierto? ¿Por mi barba de papel? No. ¿Por aparentar ser un jovenzuelo a pesar de tener cien años? No. ¿Por haber entrado por la puerta sin renos en vez de bajar por la chimenea? No. ¿Por llevar ropa de calle debajo del traje? No. ¿Porque mis zapatos no son muy prácticos en el polo norte? No.

Entonces, ¿cómo lo han descubierto? 

Fácil, ¡porque Santa Claus el año pasado les habló en húngaro!

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sobre agujetas que se veían venir

Al final el clásico lo vimos en casa calentitos, con palomita de maíz, galletas y chocolate. Y sopa de sobre, que no se diga que todo era basura :P Resulta que la persona que creó el evento del Facebook para reunirnos fue poco previsor y reservó sitio para 45 personas, así que 8 personas tuvimos que quedarnos en casita (de forma voluntaria).

Para los que odiéis el fútbol (por ej. regalizrojo): no sus preocupéis, solo hablaré de ello un párrafo más.

5-0, paseo del Barça, Ronaldo no hace nada (bueno sí, empujar a Guardiola demostrando una vez más cómo es), Mou sin atreverse a salir del banquillo y fiesta para celebrarlo. Y me alegro (y no tiene nada que ver que el Madrid le metiera cinco al Athletic).

Fin de hablar de fútbol.

El domingo fuimos a una 'jornada deportiva'. ¿Y qué es eso? Pues un día en el que se junta mucha gente para hacer ejercicio, actividades de gimnasio sobre todo, como Step, bailar, pilates, aerobic, yoga, capoeira, estiramientos y mil cosas más. Cada hora había 4 actividades diferentes, empezando desde las 9 de la mañana hasta las 18:00 que terminaba. 

Así que me esperaban siete clases diferentes, que muy probablemente (105%) me dejarían medio muerto y con unas agujetas de aúpa durante las tres semanas siguientes.

Sonó el despertador a eso de las 8:00. 

"Uffff... qué pereza levantarse un domingo tan pronto... y mira, está nevando... ¿nos saltamos la primera clase? Que siete son muchas. Solo si quieres...".

Creó que respondí con un ronquido (ronquido=sí).

A las 9 nos despertamos, y esta vez también nos levantamos. Nos vestimos, preparamos las bolsas y a la calle. Llegamos al estadio y sacamos las entradas.
Uno poco de frío
Una vez dentro, me sorprende la cantidad de gente que hay. ¡No me esperaba ni el 10%! Como no sé medir a ojo os aviso antes, pero yo creo que había más de mil personas fijo. O más. A lo largo y ancho de las 4 salas habilitadas (una de ellas enoooorme, creo que era una cancha de baloncesto o dos) hay mesas con vasos de agua, Powerade, plátano, barritas energéticas y pastillas de azúcar:
Tres intentos un euro, si encestas todas premio seguro
 Y llegó la hora. Cada uno a su sitio. A mi me tocaba una clase de aerobic en la zona grande:
300 chicas por cada chico. ¿Algún soltero?
La clase me recordó mucho a las actividades del gimnasio al que iba en Bilbao con Maider y tanto echo de menos. Ahí estaba yo, dándolo todo rodeado de mujeres, como en los viejos tiempos :P

Acabó, y me tocó reunirme con Eszter para otra clase, entrenamiento de caardio puro y duro lleno de saltos, correr, abdominales y flexiones. Uf, esto empezaba a costar un poco.

Tercera clase, "Strike Zone". Es como una clase de hacer ejercicio normal, pero esta vez en las manos tienes dos pesos para ejercitar más los brazos que luego usas como apoyo para hacer flexiones y como peso adicional al hacer abdominales...

Madre del amor hermoso, aquí ya empezaba a no sentir las piernas. Los últimos minutos los pasé deseando que terminara... y todavía quedában tres clases más...

Turno de hacer Capoeira. Eszter también había elegido esa clase, así que fuimos juntos. Tenía muchas ganas de probarla porque es algo que me llamaba la atención sobre el resto de cosas. Y empieza la clase. Y yo empiezo a necesitar una grúa para moverme. Y luego ya la grúa necesitaba otra grúa para moverla. Y cuando el bucle se hizo infinito, decidí sentarme a un lado y descansar mientras todos hacían capoeira. Yo ya oía en mis adentros a Eszter decir "ya te había dicho yo que era mucho y que las clases te las tienes que tomar con calma, que no es como el gimnasio que vas una hora, lo das todo y te vas a la cama".

Por ahora, pude callar esa vocecita interna. Y más fotos:
Estaban todos menos yo,
y yo marcando el 112 como un idiota para oírte repetir
 en el contestador que "te has pasado de correr"...
Y luego le tocó el turno a Body Combat, que es una de las clases que más me gustaban cuando iba al gym. Es como pelear, pero contra el aire (nunca pierdes, o casi nunca). Patadas, puñetazos, saltos... de todo oiga, el pobre aire acaba derrotado. Eszter y Marcsi (una amiga de Eszter) también se habían apuntado a esa clase, así que fuimos los tres. Otra de las razones por las que quería esa clase era porque les había hablado mucho de ella y de lo mucho que me gustaba, así que además esperaba que la clase fuera buena y ellas disfrutaran.

¡Y estuvo genial! ¡Pim pam pum! Gané al aire, por supuesto. Pero por poco, porque al acabar no podía con mi alma (ya volvía la vocecilla...), pero estaba feliz y contento porque a ellas les gustó mucho y a mi también :D ¡Misión cumplida!

La siguiente clase, para relajar, era "Body Balance". Una mezcla de taichi, yoga y pilates que también hice en Bilbo, aunque no soy muy fan de eso (a mi me gusta más sudar). Pero nos venía bien porque serviría para relajarnos un poco y prepararnos para la última clase.
Y ahora, el orsanapio
Bueno, pues cuando quedaban cinco minutos, mi cuerpo se rindió, y no hubo grúa que pudiera moverme. Así que vi acabar la clase tumbado en la esterilla. Tenía sueño... ZZzzzZZZzz...

Justo antes de dormirme se acabó la clase y salimos. Faltaba una clase más, bailar. A mi me apetecía, pero mi cuerpo no podía más y Eszter también estaba cansada. Aún así nos arrastramos a la clase solo para ver que las miles de personas había elegido ir a bailar a esa hora, así que si queríamos meternos allí tendríamos que bailar agarrados a siete personas, todo ello subido en los hombros de otros tres, porque esa era la única forma de meternos todos allí.

Decidimos que qué bien estaría meterse en la cama con un colacao caliente y ver nevar... así que nos cambiamos de ropa y salimos corriendo (es un decir. Algo más fiel a la realidad habría sido decir "y reptamos a casa").

¡Ducha, colacao y a la cama! Vimos la tele (fútbol y tenis, por supuesto), hicimos los deberes que nos quedaban y a las 23:00 estábamos soñando con los angelitos.

FIN.

Bueno, no.

Al día siguiente me desperté, y no me pude levantar. Mis piernas no querían moverse, así que decidí moverlas con los brazos, pero mis brazos no respondían tampoco. Cuando por fin pude mover un músculo, y luego otro, el dolor vino a mi cuerpo y ahí sigue desde entonces. Las agujetas de la muerte han venido para quedarse, y ya llevan tres días de visita (y no quieren pagar alquiler).

jueves, 25 de noviembre de 2010

Sobre invasiones y conquistas

Era un día normal en Hungría cuando entré al Facebook. Allí, me encontré con esto:
Vaya, parece que los 8-10 españoles de clase han decidido hacer una quedada para el partido del lunes (Barça - Madrid). Entro para echar un vistazo y saber quiénes van y dónde tienen pensado hacerlo. Y cual es mi sorpresa cuando veo...



¡¿Pero qué demonios?! ¡43 españoles van a ir al bar ese a ver el partido! Al final va a resultar que los húngaros son los que se sienten "extraños" en esta ciudad...

(No he tapado el nombre y la dirección del bar por si alguno de vosotros se quiere acercar y hacer sentirse más extranjeros aún a los húngaros que estén allí).

lunes, 22 de noviembre de 2010

Sobre estalagmitas subidas de tono

Hoy hemos ido a unas cuevas, como las de Santimamiñe pero en húngaro, que como todos sabéis es Pál Völgyi barlang

Allí, un chico que parecía no gustarle mucho su trabajo nos ha enseñado las estalagmitas y estalactitas que cubren los 20km de cueva húngara y que crecen un milímetro cada quince años. Además de varios datos curiosos húngaros de la cueva nos ha enseñado las estalactitas/estalagmitas más famosas y sus nombres, todos ellos inspirados en la forma que tenían. Hemos visto "el gusano", "el cocodrilo", "la pareja besándose", "la boca del lobo"... pero sin lugar a dudas, la que más me ha llamado la atención ha sido la famosa estalagmita llamada "Blancanieves":
Blancanieves y sus dos enanitos
No sé a vosotros, pero a mi me recuerda a otra cosa. Y no, no es protagonista de cuentos de niños...

viernes, 19 de noviembre de 2010

Sobre golpes en la coronilla

Y dos meses y pico después, volví a la peluquería.

De nuevo, el masaje pre-corte fue espectacular, de esos que hacen que no quieras levantarte del sofá ese. Y es que encima es cómodo, y si tenemos en cuenta que tienes el pelo calentito porque te o acaban de lavar con ese champú que huele de maravilla...

Pero no es eso a lo que venía.

Yo no soy el tipo de persona que se fija en el físico de la gente, ni en su forma de vestir, o en cómo se muerde las uñas no sé quién. Pero nada más entrar en la peluquería no pude evitar fijarme en que (tal vez porque hacía mucho calor allí dentro y no hacía falta llevar bufanda, ni abrigo, ni gorro) la peluquera tenía unos pendiente gigante. Enormes. En serio, eso tiene que pesar un huevo y ser súper incómodo. 

Por supuesto no lo comenté con Eszter, no tenía ganas de comerme una yoya... pero joder hermano, qué pendientes. Y la tipa encima vestía de tal forma que se viera que eran enormes. Supongo que a ella le gustará, y espero que a su novio/marido también, que es quien vive con ella y no yo.

Esto que al principió pensé sería una anecdotilla sin importancia se convirtió en una anecdotaza de esas que  recuerdas para siempre, y eso que ya me había olvidado del tema cuando acabó el masajito...

Me senté en el sillón dispuesto a darlo todo, cuando en el primer tijeretazo ya noto un golpecito. Y otro. Y otro más. ¡La tipa me estaba pegando con sus enormes pendientes en la cabeza!

¡Pom, pom, pom! Como dos campanas gigantes arremetían contra mi coronilla sin hacer ruido alguno. Supongo que ese detalle hizo que nadie se percatara de ese peloteo que notaba en la cabeza, aunque yo, que no tengo experiencia con pendiente grandes, digo yo que si yo tuviera eso así notaría cuando azotan a la gente.

Y claro, a ver qué digo yo. ¡Y cómo! Porque el día que sepa decir en húngaro "oiga, deje de azotarme con sus enormes pendientes que esto empieza a ser muy bizarro" será el día en el que me admitan en la Real Academia de la lengua Húngara (RAH).

Así que me callé. Me callé como cuando vas en el metro y un señor te está pisando la mochila, pero como todavía no te tienes que bajar no dices nada, te quedas en el sitio esperando a que se levante el pie y pise la mochila de otro.

Pom, pom, pom.

Hasta que de repente dejó de ocurrir, y no volvió a pasar más. A lo mejor la señorita se dio cuenta de que tenía dos moratones en la coronilla, o igual fue a ella a quien le empezó a doler. Ni lo sé, ni pregunté.

Al acabar, pagué rápidamente y me fui más rápido aún, sin contar nada del terrible y traumático suceso a Eszter. ¡Ni lo haré! (hasta que aprenda español y le dé por pasarse por aquí, entonces me llevaré galleta doble).

FIN.

Nota avergonzada pero obligatoria antes de terminar: bueno, y ahora una confesión. Lo que habéis leído no es exactamente lo que ocurrió. Si queréis conocer la verdadera historia, solo tenéis que cambiar la palabra "pendiente" por "teta", y la tendréis.

Moratones, oiga.

martes, 16 de noviembre de 2010

Sobre resultados inconcebibles

Y de repente te acuerdas de que lo que escribiste la noche anterior en el blog no se parece en nada a lo que querías contar. No es la primera vez que me pasa, los cerros de Úbeda tienen un encanto especial.

El miércoles pasado tuve un examen, en el que una de las partes eran preguntas de verdadero o falso. Había dos bloques separados, uno por cada tema, el primero con diez preguntillas y el segundo con veinte. Nada raro por ahora.

Cuando llego al primero de los bloques de V/F después de hacer un par de ejercicios, me pongo al lío: verdadero, verdadero, verdadero, verdadero, verdadero, verdadero, verdadero, verdadero, verdadero y... verdadero.

¡Todo verdadero! Algo tiene que estar mal, esto no puede ser así (como en tercero de EGB al hacer un examen de multiplicar y dividir te daba un resultado con decimales, algo habías hecho mal fijo). Pero nada, por mucho que revisara era todo verdadero. Así que seguí con el examen...

Hice otro par de ejercicios, hasta que llegaron las veinte preguntas de V/F: falso, falso, falso, falso, falso... y así hasta un total de 20. 

¡Pero qué demonios!

Yo miraba a la gente y sus caras no mostraban el estupor de la mía, lo cual me confundía aún más, pero por más que mirara y repasara las preguntas, en ninguna cambié el resultado. Será que soy el único que aún no es inmune...


lunes, 15 de noviembre de 2010

Sobre el estrés Boloñés y botellón en la piscina

Y por fin, otra semana libre. Esto de tener una semana llena de exámenes, una libre y vuelta a una semana llena de exámenes empieza a ser agotador. Al principió me pareció que este sistema es mucho mejor porque te obliga a llevar todo al día, mirarte los apuntes con frecuencia, preguntar en clase, hacer tutorías etc para pasar los parciales. Además si todo va como se supone que tiene que ir, cuando llega la época de exámenes estos son más fáciles, o te entra menos materia o incluso hay asignaturas en las que directamente no hay examen al final del semestre si durante las 15 semanas anteriores has ido aprobando los parciales.

Pero es agotador. Igual es porque estoy (estaba) acostumbrado a dejar casi todo para el último momento, teniendo un semestre tranquilo para después en diciembre (o mejor dicho, enero) meterme una 'empollada' que no es ni normal (bueno, muchas veces ni eso...). 

Aunque está claro que los resultados no son los mismos. ¿Compensa? Seguro que dentro de dos meses, cuando mire atrás y piense "y ahora que tengo todo aprobado, me voy a descansar" diré que este método es una maravilla, ¡pero ahora mismo el estrés y agobio son infinitos! Sobre todo porque además de los exámenes tenemos que hacer un trabajo para cada asignatura que hay que entregar dentro de 4 semanas, algo que más o menos resume todo lo que hemos aprendido durante el semestre.

Y ahí es donde se nota mi oscuro pasado. Al principio el final de semestre se veía lejos, y los "ya lo empezaré más adelante" eran frecuentes, y poco más tarde los "el lunes que viene empiezo" se sucedían cada martes. Ahora, a medida que esa temible decimoquinta semana se acerca los sudores me recorren de arriba abajo...

Así que para refrescarnos un poco el sábado fuimos a los baños (¿a que mola cómo relaciono temas?). Cuando fuimos dos semanas antes me gustó un montón, y a Eszter le apetecía volver porque hacía más de dos años que no iba. Esta vez fuimos a las 7 de la noche, y fue una experiencia totalmente diferente a la anterior: la gente iba en un plan diferente que los que van durante el día y también el tipo de gente que vimos era distinto. No se veían padres y madres con hijos, ni tampoco gente mayor: ¡era la hora de la juventú! Había incluso algunos con sus botellas de cerveza y su música. Era como estar en el Casco Viejo de Bilbao un sábado por la noche, con la única diferencia de estar metido en una piscina con el agua a 38ºC en vez de en un banco con el pie en un charco.

Así que todos los que no hayáis probado estar metidos en aguas termales un sábado por la noche en Budapest, ya estáis tardando. Aquí os espero ;-)

jueves, 11 de noviembre de 2010

Sobre deja vús con sueño

El domingo me desperté a una hora que me da vergüenza admitir, así que simplemente diré que dormí "mucho". La noche anterior estuvimos viendo una película (Destino de caballero) hasta bastante tarde, así que al día siguiente tocaba dormir.

El problema vino la noche del domingo, cuando a la 1 de la madrugada no había quien me/nos cerrara los ojos. Era imposible dormir. Así que decidimos ver un capítulo de Carpoolers (ale, os toca a todos ver Carpoolers. Solo hay una temporada de 13 capítulos y cada uno dura 20 minutos, así que ya tenéis deberes), y después otro más. Al terminar ese capítulo decidimos que ya era hora de meterse a la cama, aunque yo seguía con ojos de búho. No sé cuántas ovejas conté, pero si las esquiláramos todas podríamos enmoquetar todo Budapest.

Y claro, a la mañana siguiente cuando el despertador sonó yo no podía ni moverme. Yo me aferraba a la manta y me escondía, pero últimamente es difícil engañar al despertador y solo deja de sonar cuando lo paras (además, Eszter ya había empezado a empujarme y darme golpecitos para apagar ese sonido del averno).

Con unas ojeras de escándalo llegué a clase. Allí me encontré con Txema, un chico de Burgos. Me dijo que tenía cara de cansado, y le expliqué que la noche anterior habíamos estado viendo una serie hasta tarde. Él me contó que también se acostó tarde, porque ahora cada varias noches se baja una película y la ve conectado al Skype para poder comentarla con su novia, que también se la ha bajado y la está viendo a la vez que él.

No sé si es cutre o tierno, pero me hizo gracia cuando me explicó que para empezar a verla a la vez a la vez a la vez, hacen una cuenta atrás de 5 a 0 y le dan al botón juntos xD Pero está bien la idea, ahora la veo tierna (la idea).

Me dijo que habían visto "El diario de Noah".

Abrí los ojos como la noche anterior cuando intentaba dormir. 

¿Por qué? Pues porque el lunes anterior, cuando me lo encontré medio dormido en clase, me contó que era porque la noche anterior había estado viendo una peli con su novia por Skype, y que la peli era "El diario de Noah".

Estaba demasiado cansado como para decir nada, así que me callé, suspiré, miré al reloj y vi que aún me quedaban 8 horas para llegar a casa y meterme en la cama.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Sobre Santa Clauss en pantalón corto

Me subo al autobús, donde había quedado con Eszter. Y allí está ella, al lado de la ventana, aunque el asiento que está a su lado no está libre, así que me siento detrás, en la ventana también. Charlamos durante un rato, hasta que el asiento que tiene al lado se libra.

Solo quedaban un par de paradas más y mi vecino olía a alcohol que echaba para atrás así que me quedé en mi sitio para no armar jaleo para tres minutos (y porque el señor me daba miedo. Para ser sinceros, parecía un Santa Clauss borracho, con su laaarga barba blanca y barriga prominente. El parecido acababa cuando mirabas los pantalones cortos que le llegaban por la mitad del muslo y dejaban ver esas canillas que parecían de otra persona. Y aquí acaba el paréntesis).

Al ver que no me cambiaba, Eszter se gira y me dice: "el asiento de al lado se ha librado, ¿te quieres cambiar?".

Antes de tener tiempo a reaccionar, Santa Claus en pantalón corto se levanta y se sienta a su lado.
¿¡¡WTF!!?

Al menos el olor ha durado cuatro minutos menos y Eszter ha tenido conversación.

martes, 2 de noviembre de 2010

Sobre emails que llegan

Larri, mensaje recibido.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Sobre ciclistas negros de peluche jugando a Farmville

Un par o cuatro fotos sacadas esta semana:

1) Prohibido andar en bicicleta. ¿Qué tiene de raro? Que está en el cuarto piso de la universidad.
Ahora sabemos por qué Hungría no tiene ciclistas famosos.

Joder hermano, ¡que son tus caramelos!
3) WTF?! Esto estaba también en la uni.

El fanatismo de Farmville puede llegar a límites insospechados.

4) El día que fui a comprarme un cubo de Rubik vi esto. No sé, me dieron miedo. Y ahora quiero comprármelos.
Jur.
Lo siento pero no tenía ni idea de qué título poner a esta entrada. La próxima vez tendrá sentido, lo juro.

lunes, 25 de octubre de 2010

Sobre un Mani Bar

Hace unos días paseaba tranquilamente por un centro comercial cuando me dio por conectarme a Internet con el móvil. Encendí el móvil, active el modo Wi-Fi y esperé a que aparecieran en la pantalla el nombre de las redes cercanas.

Cuando por fin se cargaron todas, busqué una a una alguna que no estuviera protegida con contraseña. Y la encontré. Y quedé petrificado al leer su nombre: 

Mani Bar.

¡Mani Bar!

¡Hay un bar con mi nombre! Como si de un concursante de La noche de los castillos me tratara, corrí de un lado a otro en busca de aquel local abierto en mi honor.

En el piso inferior no estaba, así que subí las escaleras. Allí tampoco lo vi, y cuando estaba a punto de darme por vencido, lo vi:

Mani bar ¬¬
¡Era una barra de manicura! Mi gozo en un pozo, mejor no se lo cuento a nadie...

Sobre profes y profas.

Nota antes de empezar: esto que voy a contar tiene más gracia contada en inglés. De hecho, solo tiene gracia en inglés, porque todo se debe a una confusión ya que en inglés no se distingue el género en los sustantivos. Profesor = Profesora = Teacher.

Al lío:

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Íbamos el pequeño Nicolás y yo a una clase el otro día. Acabábamos de comernos cada uno un platazo gigante de espaguetis a la boloñesa en un bar, y claro, en una situación como esa de "barrigallenitis aguda" no tuvimos elección: había que usar el ascensor.

Al llegar, vimos que en la cola había dos personas esperando: un chico alto con el portátil hombro y la profesora de la asignatura a la que íbamos. El pequeño Nicolás había hecho pellas en la clase anterior, por lo  que no conocía a la profesora nueva aún, así que me giré y le dije "¡tsss tsss! ¡Está la profesora!", a lo que contesta "bien, así no tenemos que correr" en su característico inglés. Creo que ya os he hablado alguna vez del acento de nuestro amigo francés.

Nos montamos, le damos al botón y el cacharro empieza a subir, pero se para un piso antes del nuestro, y el chico del portátil se baja. Cuando las puertas se cierran, el pequeño Nicolás se gira y me dice extasiado:

"¡Ha ha! ¡El profesor se ha equivocado de piso!"

Yo no sabía dónde meterme, notaba que una carcajaba me subía por el pecho, llegaba a mi cuello, atravesaba mi boca... era inevitable... cerraba yo los labios con fuerza para evitar el desastre cuando inesperadamente alguien más rompió a reír: the teacher!

Cuando pudo calmarse sonrió al sorprendido pequeño Nicolás y le dijo: "hello, I am the teacher". (Sí, el "I" lo dijo en negrita), a lo que el pobre gabatxo no pudo más que responder con un apagado pero cómico "merde".

sábado, 23 de octubre de 2010

Sobre siestas en clase y examen en grupo

Salí de clase y me fui al aula de estudios a hincar un poco los codos porque 5 horas después tenía otro examen más. Aunque después de ese primer 'examen' no sabía si debía hincar codos o irme a bañarme al Danubio, porque como el estudiar sirviera para lo mismo... Al final decidí ir al aula de estudios porque el agua estaría muy fría.

Llega la hora del segundo examen.

Antes de nada voy a poneros en antecedente para que entendáis el por qué de mis sorpresas. 

El primer día estuvimos unos 20-25 en clase, yo diría que casi todos los matriculados. El profesor llegó, puso el proyector en marcha, apagó las luces, bajó las persianas del todo y empezó a leer las diapositivas una a una con una voz que hay que entrenar mucho para que sea así de soporífera.

El segundo día éramos 15 en clase (aprox). Vaya.

A partir del tercer día y hasta el último, hemos sido 6 en clase, dos de los cuales siempre aprovechaban esas dos horas para acomodarse en primera fila y hacer una bola con sus jerseys y abrigos para usarlos de almohada en sus siestas de 120 minutos.

El profesor, Mr. Suda, hacía honor a su nombre y todo eso le importaba un pepino. Nunca cambió nada en su protocolo: encender proyector, apagar las luces, bajar las persianas, apoyarse en la pared al final de la clase y leer las diapositivas una a una con su entusiasta voz.

Supongo que ahora entederéis que me sorprendiera que el día del examen no entrásemos en clase por toda la gente que iba a presentarse: era una clase de 30 asientos y éramos exactamente 30 alumnos. Y allí nos sentamos todos, codo con codo.

"Al menos habría diferentes modelos de examen para que no os copiarais entre vosotros".

Nanai de la china. El mismo examen para todos.

"Bueno, entonces además de él habría un par de profesores más echándoos un ojo para que no copiarais".

Meeec. Error. Mr. Suda era el único en clase.

"Seguro que estaba con un fusil en mano atento a todos vuestros movimientos. Era una clase pequeña y era fácil vigilar".

Pues tampoco, oye. Se dio media vuelta y se pasó 15 minutos escribiendo en la pizarra.

"¿Escribía que había cámaras vigilando? ¿Amenazas por si alguien se atrevía a copiar?".

Nop. Escribía datos utilísimos, necesarios para entender cómo hacer el examen. Cosas como:

Nombre del profesor: Mr. SUDA.
Fecha de hoy: 20 de octubre de 2010.
Séptima semana lectiva.
La semana que viene será la octava.
Vuestra nueva profesora será Ms. No-sé-qué.
Dará clases hasta el final del semestre.
Tenéis 60 minutos para hacer el examen.
Son las 12:15.
Terminará a las 13:15.
¡Suerte!

Y para rematar, al terminar se puso a leer una revista. Debía de ser de humor, porque no paró de reír en toda la hora.

Por lo menos el examen fue más difícil que el examen de la mañana y solo el 60% era exactamente igual que el examen del año anterior (que por supuesto nos enseñó una semana antes).

jueves, 21 de octubre de 2010

Sobre exámenes, mujeres y dinero.

Y aquí está de nuevo el vasquito. Me he hecho esperar, ¿eh?

Esta semana ha sido una semana dura, con miles de exámenes (miles=5) y varios trabajos. Por fin he empezado a hacer ejercicio (¡ya iba siendo hora!) y daba una pereza...

Pero es que lo de hoy ha sido una pasada. En diez días no me pasa nada interesante para contar (bueno, en realidad tengo una entrada medio empezada del viernes que fuimos a cenar al mexicano, pero esa la acabo mañana. U otro día), y hoy me han pasado varias cosas.

Esta mañana tenía un examen en la asignatura de derecho. Anoche me quedé estudiando hasta tarde porque quería preparármelo bien, así que hoy ha tocado dormir poco (es por eso que esta entrada será un mini resumen nada más, que se me caen las pestañas). 

Ha sonado el despertador como siempre, y como siempre lo he apagado y lo he retrasado 5 minutos más. Como siempre, cuando ha vuelto a sonar lo he vuelto a programar para 5 minutos después. El problema ha venido cuando ha vuelto a sonar, lo he apagado y ahí me he quedado, calentito en la cama y el sueño no ayudando para llegar al examen de las 8:15.

De repente, abro los ojos: ¡zas!

Los abro mucho, como cuando el oculista te dice que los abras para mirarte dentro, como si quisiera ver lo que estás pensando atravesándote con su mirada.

"Mierda, el examen", es lo primero que pienso.

Miro el reloj: 7:55.

"Mierda, el examen", es lo segundo que pienso.

Pego un salto y antes de llegar al suelo ya estoy vestido y con la bolsa preparada, un manzana guardada y las llaves en la mano.

Corro, corro, corro y corro. Milagrosamente el señor del tranvía ha notado mi presencia gracias a su sentido arácnido y ha esperado pacientemente a que llegara y me montara al tranvía para arrancar. Después los semáforos se han puesto de acuerdo para estar en verde cuando el tranvía pasaba y al llegar la gente me ha hecho un pasillo para poder llegar lo antes posible.

Llego a la puerta del edificio R, que por supuesto era el último de todos.

Entro, y miro hacia el ascensor esperando que la suerte siguiera acompañándome un poco más. Pero no, seiscientas personas aguardaban la llegada del ascensor, así que he mirado a las escaleras, he pensado "Venga Xabi, que son 5 pisos de nada" y he salido escopetado hacia arriba.

Eran las 8:20.

Cuando voy por el segundo piso noto que alguien está corriendo a mi lado: es Daniel, uno de los nigerianos de clase. Y no, no estaba entrenando para las olimpiadas, sino que también llegaba tarde al examen.

El tío corría que se las pelaba y yo empezaba a no sentir las piernas, pero el muy cab**n miraba hacia atrás de vez en cuando para saber si yo seguía su estela y claro, en momentos como esos solo se puede pensar "Ahí va la hostia, que se cree que corre más que yo. Para negro de verdad, yo".

Llegamos a la clase, que tenía la puerta abierta. Entramos. Está todo el mundo sentado y el profesor aún está explicando cómo hacer el examen, qué contestar, cómo hacerlo etc. No queda ni un sitio libre, la clase está abarrotada.

De repente, uno se levanta de su sitio con su examen, se lo da al profesor y se va. "Mala señal, uno ya se ha dado por vencido", pienso. Y claro, mal hecho, en estos casos no hay que pensar, sino coger esa silla que está libre antes de que cualquier nigeriano que haya llegado tarde como tú te la quite.

Peeeeero al de varios segundos otro más se levanta, y luego otro.

"Qué panorama, espero que el haber estudiado toda la noche valga para algo", pienso (por supuesto, después de haberme sentado, que con una vez ya he aprendido).

El profesor me da el examen.

Al turrón.

Primera pregunta: "¿Cuáles son los tres poderes primordiales del estado?". Yo, que me lo tenía bien estudiado, ya me sabía la respuesta antes de leer las posibles respuestas (por si no lo he dicho, parte del examen era un test de verdadero/falso y lo otro test con varias respuestas).

La respuesta, por supuesto es "legislativo, ejecutivo y judicial". Y ahí estaba, la primera de todas. Marcamos la A. ¿Estás seguro? ¿Marcamos la A entonces? ¿O quieres el comodín de leer por si acaso el resto de respuestas? Venga, vale.


¿Cuáles son los tres poderes primordiales del estado?
a) Legislativo, ejecutivo y judicial.
b) Dinero, mujeres y hombres.
c) Dinero, dinero y dinero.
d) Organización, ley común y ley civil.

¿PERO QUÉ DEMONIOS ES ESTO?

No, en serio, que creo que no se me ha entendido.

¿¿PERO QUÉ DEMONIOS ES ESTO??

En ese momento me ha dado por mirar el resto del examen, y resulta que había una nota que decía que las X últimas preguntas no había que responderlas por motivo X, quedando el examen en: 5 preguntas de verdadero o falso y 2 preguntas tipo test. Por supuesto, los errores no penalizaban. Y para sacar un sobresaliente podías fallar dos preguntas.

Después de recuperarme del colapso, he acabado el "examen" en menos de un minuto.

Sí, la gente que se levantaba cuando yo llegaba era porque ya habían terminado.
Sí, he estado estudiando toda la noche para esto.
Sí, había quien ha necesitado copiar.
Sí, esto que iba a ser un resumen del día de hoy se ha quedado en un resumen de la primera hora del día. Mañana más, y mejor.

sábado, 9 de octubre de 2010

Sobre deja vús, repeticiones y reporteros mexicanos

Ayer tocó ver el partido de España ante Lituania. Hasta ahora, la pedazo de tele que tenemos solo la hemos usado para ver fútbol y Rex (de momento a mi con eso me basta, mi tiempo y nivel de húngaro no me da para mucho más).

Así que nos hicimos unas palomitas y empezamos a ver el partido desde la cama. Yo bromeaba diciendo que Llorente, jugador del Athletic de Bilbao, metería un par de goles para demostrar lo que vale. Acabó el primer tiempo (0-0, no hubo goles pero La Roja lo tenía a punto de caramelo y Villa tuvo un par de cantadas, pero esto no es un blog de fútbol así que voy a seguir con la historia). Minutos después, tras un par de anuncios volvió la retransmisión del partido (en castellano por cierto, desde aquí sintonizamos Tve1), aunque notamos algo 'raro': los jugadores se habían juntado en una fila, y estaba sonando el himno de Lituania. ¿Pero eso no lo hacen al principio del partido? Al terminar, la cámara enfocó a los 11 jugadores de la selección española mientras sonaba el himno español. Era un poco cómico ver a un puñado de catalanes y a un vasco prestando atención absoluta al himno. 

Pero esto no es un blog de política tampoco, así que sigo con lo mío. ¿El tema del himno no lo hacen siempre antes del partido? Y después el reportero empezó a decir las alineaciones de los equipos.

Los engranajes de mi cabeza empezaron a funcionar.

Después se vio que enfocaban al centro del campo, donde estaban los 3 árbitros, con Iker Casillas y el capitán del otro equipo tirando una moneda eligiendo campo.

Crec crec crec, los engranajes iban más y más rápido.

Y entonces el árbitro pita el comienzo del partido. De la primera parte. Minuto cero.

¡¡¿¿QUÉÉÉÉÉÉ??!! (vaya, los engranajes no fueron lo suficientemente rápido)

Lo primero que pensamos es que a lo mejor no pudieron retransmitirlo al comienzo, porque hubo problemas con la señal de TV (nosotros no empezamos a ver el partido hasta el minuto 10 aproximadamente porque al principio pensábamos que no lo podríamos ver aquí), así que no hicimos nada más que seguir mirando a la tele, esperando que volviera el directo y ver empezar el segundo tiempo.

En los primeros diez minutos vimos lo que no pudimos ver antes de encender la tele.

En los siguientes cinco tuvimos un deja vú.

En los siguiente diez nos impacientamos, porque claramente la segunda parte había empezado ya.

Al minuto siguiente pensamos que todo era un error en Matrix y que a lo mejor la tele volvería en sí apagándola y encendiéndola de nuevo. Por supuesto, no coló.

Entonces empezó la desesperación. ¿Qué hacemos? ¡Que nos toman el pelo! Tras varios intentos infructuosos pegando golpecitos a la tele y al mando a distancia (incluso pensamos en cambiar las pilas al mando), pensamos que a lo mejor no solo nos pasa a nosotros, sino a todo el mundo. Estamos viendo tve1, lo lógico es que todo el mundo que tenga puesto tve1 vea lo mismo, ¿no?

Enciendo el ordenador para ver si es o no así. Entro en marca.com, y lo primero que veo es que el partido va 2-1. 

¡¡¿¿QUÉÉÉÉÉÉÉ??!!

Y luego veo que los dos goles los ha metido Llorente.

¡¡¿¿QUÉÉÉÉÉÉÉ??!!

Por supuesto, todo el mundo ve el partido perfectamente.

Me cago en todo lo que se menea, y decidimos acabar de ver el partido online. Tras varios minutos buscando, encontramos dónde hacerlo y vemos lo que queda de partido en una ventana treinta veces más pequeña que la tele, con parones, mala calidad y un comentarista mexicano. 

Por lo menos pudimos ver el tercer gol, el final del partido y después las repeticiones de los goles de Llorente.

Y después volvimos al cuarto, y vimos otra vez el tercer gol, el final del partido y después las repeticiones de los goles de Llorente.

iSobre fotos en clase

Este es el salvapantallas de una mis profesoras:
Dando ejemplo
Y este es nuestro amigo sudanés disfrutando de clase:
Dando otro tipo de ejemplo
En el autobús:
¿Asiento reservado para señores con bastón y perro con bozal?

Sobre motos en la acera

Muchas veces cuando algo pasa por primera vez te sorprende y te deja maravillado, con ganas de contárselo a todo el mundo cuanto antes (y de hecho, lo haces). Después pasa por segunda vez, y vuelves quedarte boquiabierto. A la tercera ya no es nada del otro mundo, y a la cuarta... pfff.

Recuerdo cuando hace unas semanas vi un tío en moto cruzar un paso de peatones. Sé que es una tontería, pero me pareció algo de otro mundo ver a alguien montado en la moto con su casco esperando a que el semáforo para peatones se pusiera en verde. 

Días después estaba esperando al tranvía cuando a mi lado se puso un chico sobre su Scooter, esperando para cruzar la carretera. Una vez más, estaba impresionado, y me extrañaba que la gente no lo mirara con curiosidad.

El jueves pasado volvió a suceder, pero simplemente sonreí y pasé de lado, sin darle mucha importancia.

Y ayer, volviendo a casa con la compra pasó una a mi lado bastante más rápido de lo que me habría gustado... y lo que pensé fue que yo estaba, como dirían en húngaro, "hasta la polla", o traducido al castellano, "harto de las motos".

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sobre dudas en clase y mafia húngara

Qué locurón.

Estábamos en clase de derecho hablando sobre quién puede y quién no puede tener responsabilidades legales: que si los menores necesitan un tutor, que si los discapacitados también, que si las decisiones tomadas por personas bajo los efectos del alcohol y/o drogas no son válidas... todo iba normal, hasta que la clase estaba a punto de terminar y el señor profesor ha preguntado si había dudas sobre lo que habíamos estado tratando.

Una chica ha levantado la mano: "yo tengo una duda".

Atentos a la duda.

"Hace año y pico, mi tía, que vive en Budapest quiso ir a Holanda. No tenía dinero para comprar un billete de avión o de tren, así que decidió acudir a la mafia húngara y cambiar su casa por un billete de tren. Firmó unos papeles, le dieron el billete, hizo las maletas y se fue a Holanda. Dos días después llamó a casa diciendo que no le gustaba Holanda y que quería volver a Budapest. No tenía dinero, así que le compramos el billete de vuelta. Ahora dice que quiere su casa de vuelta, y quiere alegar que estaba bajo los efecto de alguna droga para invalidar los papeles que firmó con la mafia. Es posible?".

Podéis imaginaros el percal. La gente no sabía si estaba alucinando o en un sueño, no sabían si llorar, reír o comprarle a la pobre señora una casa nueva. Si normalmente la gente sorprendida tiene los ojos como platos, el profesor tenía los ojos como ensaladeras, y se le ha caído la tiza al suelo.

Yo todavía flipo.

domingo, 3 de octubre de 2010

Sobre Dimanes, canciones imaginarias e hijos que te comes

Os podéis imaginar la cara que se le puede poner a uno cuando le llega a casa un papelito de Correos diciendo que tiene que ir a por un paquete y que el remitente es alguien con tus mismos dos apellidos pero el nombre no te suena de nada. 

Bueno, en realidad el nombre sí que me sonaba,:
Si giras la cabeza podrás leer "Dimane Manceras"
¡Dimane Manceras Ibarra me mandaba una carta! :O El error era obvio, pero me hizo mucha gracia. Nada más recoger el paquete lo primero que hice era ver si alguien podría confundir una palabra con otra:
El sobre que no era de Dimane pero venía del futuro.
No lo parece, yo lo veo clarísimo, pero supongo que si ves una palabra que no has visto en tu húngara vida es posible ver Dimanes por aquí y por allá.

 Y encima el paquete aparentemente llegó el 5 de octubre (estamos a 3 me llegó hace una semana).

Y ahora una pequeña tanda de fotos curiosas:



Seguro que muchos habréis pensado en esta última semana y pico que ya hace mucho que no me sale un orzuelo. Y efectivamente, llevo diez días sin uno, esto es inconcebible. Pero claro, siempre está atenta la señora herida del labio para aguar la fiesta. Pero esta vez decidí ir a la farmacia como un ser humano normal, y me compré un Zovirax que todo lo cura (joer, me acordaba del nombre y todo). Un pedazo de Zovirax, un señor Zovirax:


Un minúsculo Zovirax
Parece que en Viceroy se dedican a algo más que a relojes :-/


La ley anti-reloj es muy dura en Hungría
No sé si lo soñé, pero juraría que de pequeño conocía una canción que decía "alouette nananá nananá el culete". Pongo la foto solo para saber si estoy loco o efectivamente alguien más se acuerda de la canción (o de si algún otro está como una cabra como yo).


¡nananá el culete!
Y aquí el minipostre que me curré hace unos días. Tenía tan buena pinta que no pude evitar sacarle una foto. Ains, qué orgulloso estaba, era como un hijo. Como un hijo que te comes súper contento de lo orgulloso que estás de él.
Una manzana

Sobre una foto y ser chef pastelero

¡Al fin! Blogger ha decidido desenfadarse y me deja subir fotos otra vez, tachán-tachán...
La bici no entra en ningún sitio, y eso que mis bolsillos son enormes
Hay muchas cosas que poner en los muebles nuevos, aún hay maletas en el suelo lleeeeeenas de cosas que no cabían en ningún otro sitio :S

Y hace dos días nos trajeron un mini horno, así que ya puedo ponerme de nuevo el gorro de chef y currarme uno de esos postres sabrosones que me salen (bueno, quitando el trozo de carbón que acabó siendo el pastel de arroz que hice en julio). Flan, tortitas, torrijas, pastel de arroz, tarta de queso... ¡ñam ñam!

Y ahora a terminar los deberes, que en un par de horas tengo que ir a Media Markt a devolver la webcam que compré (hoy es el último día para hacerlo).

Cambio y corto.

sábado, 2 de octubre de 2010

Sobre un pan que no es pan

Yo venía a subir la foto, pero hoy tampoco me deja :S Primero el mueble, y ahora el Blogger el que no me quiere nada.

Estaba hoy cenando viendo el partido de la Real (ahora vamos a ver el del Athletic, las palomitas se están haciendo en nuestro nuevo y lustroso microondas). Pollo con salsa, y pan de molde para mojar, ñam ñam. 

Todo iba bien hasta que he notado que el pan sabía 'raro' :S La primera reacción, ha sido poner cara rara, cara de "aquí pasa algo". La segunda ha sido mirar el cacho de pan que quedaba en mi mano derecha. Y mira tú por dónde, no era pan, sino la servilleta. Llevaba varios minutos usando la servilleta para 'ayudar', y he tenido que morderla para darme cuenta. ADV

viernes, 1 de octubre de 2010

Sobre una fotica que debo

Ains, tengo una foto de la habitación "actualizada" con muebles y cosas y cosas y más cosas, pero a Blogger le ha dado por no dejarme subir fotos :S Mañana lo vuelvo a intentar :)

Sobre Rex, el Chef Tony y más leyendas (y leche)

Hoy mientras comíamos hemos visto el primerísimo capítulo de la mítica serie "Rex, un policía diferente". ¡Qué recuerdos! 

Recuerdo haber visto más de uno y de dos capítulos en casa de amama con Odane, Gorka y Naiara, y nos encantaba a todos. Y cómo no nos iba a encantar, ¡si era un perro que resolvía casos! Casi tan impresionante como el Chef Tony (ese sí que era admirable, como el de "a cento euro!", que cada diez segundos añadía algo más mejor que lo anterior como regalo por la compra de sus joyas. En el minuto 2:00 empieza la crema: "atentos al número que hay encima" y el engorile del 2:15. Después un poco de paja y si pasáis el video hacia el final veréis que al tío no le caben en la mano los regalos xD Tremendo. Y paro de hablar del italiano, que me está saliendo el paréntesis más grande de la historia).

Sigo con Rex.

Bueno no, esperad. En el minuto 7:40 se ve la mano llena de joyas y segundos después vuelven a poner énfasis en eso de "tenéis todavía 30 segundo para llamar (señalando arriba), apuntad, apuntad el número".

Ahora sí, Rex, carajo.

Además era el primer capítulo de la serie, que yo no lo había visto nunca, cómo se conocen Rex y el poli de pelo largo :O 

El único problemilla era que estaba en húngaro puro y duro, y por ahora no paso por frases de más de tres palabras. Peeeeeeero yo tengo a mi traductora simultánea personal que iba traduciendo cada frase según la decían. Era un poco raro, era como ver una peli en la que el doblaje no va a la par que la imagen (y suele ser odioso) pero en el que además se han olvidado de apagar el sonido original.

Era muy bonito todo, muy interesante, muy emotivo, estaba volviendo a mi infancia. Y ha habido un momento en el que me he puesto a pensar en eso, en que hacía mucho que no veía a Rex, y a los pocos segundos me he dado cuenta de que había desconectado del mundo real, así que me he dado una palmada interior para despertar de mi ensimismamiento. Tras hacerlo, lo primero que he oído ha sido "puf, me apetece un montón un café ahora".

Yo, tan servicial como siempre, he recogido la bandeja con los platos (ya habíamos terminado de comer) y me he ido a la cocina, mientras oía que me decía Eszter "yo me quedo, que quiero ver la siguiente escena, ahora te ayudo con eso".

He llegado a la cocina, me he puesto a hervir el agua, he echado los polvitos mágicos de café, he abierto la nevera y he cogido el cartón de leche. Iba a echarla, pero he dudado, no sabía si quería el café con leche. Así que he gritado (para qué acercarme) "¿QUIERES LECHE?". La respuesta ha sido otro grito "¿LECHE? ¿YO? ¿QUÉ?.

Como parecía que eso de gritar no funcionaba, me he asomado por la puerta del cuarto con el cartón de leche en la mano, y señalándolo le he preguntado "¿quieres leche?". Me ha mirado, ha arqueado las cejas en señal de sorpresa y me ha dicho, extrañada "no, gracias :S". Me he encogido de hombros, he vuelto a la cocina, he metido la leche en la nevera, he cogido el café y he vuelto con la taza en la mano. Al verme, la conversación ha sido algo así:

- ¿Café? ¿Tú? Pero si tú tomas de eso.
- No, es para ti.
- Pero si yo me acabo de tomar uno.
- ¿No acabas de decir que te apetecía un montón un café ahora?
- ¿Yo? Qué va.
- ...
- ...

Y de repente, a la vez, los dos nos hemos empezado a reír a carcajada limpia.

Como ya habréis imaginado, mis inteligente lectores, ella estaba traduciendo lo que decían en la tele cuando dijo lo del café, y yo, tan en mi mundo como siempre, he sido el único que ha necesitado diez minutos para pillarlo.

Ahora me toma el pelo y cada diez minutos me pregunta "¿quieres leche?".

¬¬

jueves, 30 de septiembre de 2010

¡Al fin!

Y con todos ustedes...
El demonio

martes, 28 de septiembre de 2010

Palabrita

Ni sorpresa con el mueble ni nada de nada, esa mesa de Ikea es el diablo hecho madera. Pero hoy terminamos fijo y cuelgo fotos de la habitación renovada (a petición de MZE).

lunes, 27 de septiembre de 2010

De coches que acechan, exploradores y Uiquipedia

Cuando llueve se suele formar un charco enorme en la carretera, a poco más de un metro del portal. Ahora ya he aprendido (a la quinta ha ido la vencida), pero si no lo sabes corres el riesgo de que el primer coche que pase a una velocidad mayor que la de una tortuga coja te empape de arriba a abajo.

Así que lo primero que hay que hacer antes de abrir la puerta del portal es saber si llueve o ha llovido en las últimas horas. En caso afirmativo hay que aguzar el oído para ver si se oye algún motor en las proximidades. Después, se abre la puerta lentamente a la vez que se sigue con la antena parabólica atenta a cualquier ruido. Cuando el espacio es suficiente para pasar por él, salimos disparados para cruzar al otro lado de la carretera (unos 5 metros), donde estaremos a salvo de acabar con unos pantalones más marrones de lo habitual.

Esto que a priori parece sencillo y de poca complicación, tiene más miga de lo que parece. Tras varias investigaciones he llegado a la conclusión de que los coches esperan a varios metros del portal con el silenciador puesto acechando a cualquiera dispuesto a salir a la calle para poder recrear las maravillas del mítico Tutuki Splash. Porque sino no me lo explico, o eso o debo ser el tío con menos suerte de la historia porque siempre que salgo hay un coche que parece esperarme para mojarme.

[Todo esto consigue que 4 de cada 5 veces acabes gritando algo que cualquier extranjero tomaría por húngaro cerrado].

Y hablando de húngaro cerrado... hoy le he sacado otra foto al chico de Sudán cuyo Expediente X fue resuelto hace unos días: Omar. Que por cierto, en realidad se llama Omer y no Omar, pero para mi y para todos va a ser Omar para siempre.
Omar sigue sorprendiendo con su pelo
Insólito.

La foto es un robado, igual que la de la semana pasada. Pero para que no se diga, aquí otra foto más con el turco y el chipriota:
El chipriota todavía no conoce el secreto de Omar y no tiene fuerza
suficiente como para desviar la mirada de su pelo para mirar a cámara.
Me da un poco de vergüenza decirlo, pero no sé cómo se llaman los otros dos. El de la izquierda es el chipriota que habla poco, y el que está de pie es el turco, que es un tío más majo que las pesetas. Se llama Iste, o algo así. En un par de semanas o tres espero saberme los nombres que me faltan.

Con esta gente nunca hay silencios, siempre hay algo de lo que hablar. Aunque casi siempre es algo sobre una asignatura o un examen, sobre música, fútbol o las porciones de pizza del bar del edificio R. Y es que lo de las porciones de pizza es algo insólito. En España se comen caracoles, en Turquía Kebabs y Sudán comerán exploradores, ¡pero es que en Hungría cada vez que compramos una porción de pizza nos preguntan si queremos mayonesa! Están locos.

Ahora voy a intentar acabar de montar un mueble de Ikea que compramos ayer y que dejamos a medio montar después de lo que a mi me parecieron horas... y así quedo como buen chico cuando Eszter llegue a casa dentro de unas horas :P

Luego más y mejor.

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Cosas descubiertas mientras escribía esta entrada:
  1. La Wikipedia tiene una entrada en inglés dedicada al Tutuki Splash, mientras que no la hay en castellano.
  2. También hay una "completa" información en Asturianu sobre Sudán en la Wikipedia. Ahí va la hostia, la Wikipedia en Asturianu (que por cierto, se llama Uiquipedia).
  3. En Sudán comen cosas como ensaladas con berenjena, yogur, manteca de cacahuete, ajo y tomates. Solo le falta pizza y mayonesa (aquí eso y más).

¡Chan-chan!

Para que haya un poco de expectación... ¡mañana cuento cosas! Antes no, que por la mañana tengo el primero de los miles de exámenes que vendrán.

¡Aio!

lunes, 20 de septiembre de 2010

Expediente X resuelto

Hoy he podido apreciar su truco de "pelo corto - pelo largo". Resulta que no se lo cortó (bueno, un poco sí), pero las trencitas que tiene hacen que parezca que tiene el pelo cortísimo, mucho más de lo que de verdad tiene. En exclusiva, una foto de Omar:
Omar y su truco
Y ahora de regalo, una reconstrucción de cómo era Omar antes, sin trenzas:
Joder hermano, como para no notar el cambio.
Misterio resuelto, caso archivado. No hay mejor sensación que la de después de un trabajo bien hecho.

Atracción fatal

Hoy tocaba comprar el microondas. ¡Por fin! Resulta que ayer por la tarde tuve la gran idea de "comprar palomitas para hacerlas esta noche mientras vemos un capítulo de Scrubs" (la serie que estamos viendo ahora), olvidando el pequeño detalle de no tener microondas todavía. 

Pero hoy sí que sí, en cuanto termine de escribir esto vamos a girar la rueda del aparato, esperar 4 minutos mientras oímos pequeñas explosiones, y a comer palomitas.

Como decía, hoy tocaba comprar el microondas. Hemos ido a un centro comercial en el que hay un Media Markt (donde por cierto compré una webcam que no puedo instalar por falta de drivers para Mac, pero esa es otra historia) después de haber hecho de amo de casa por un día (más): he puesto la lavadora (omg), la he colgado (omg), he hecho la comida (omg), he lavado los platos de la comida, el desayuno y la cena de ayer (somos unos cerditos), he hecho la compra, he "no instalado" la webcam y después he salido pitando al centro comercial.

Al llegar he notado algo raro, una especie de presencia invisible que me atraía hacia dentro del centro comercial. No podía evitarlo, mi cuerpo era arrastrado, movido, empujado hacia algo.

Ups, toca ver Scrubs. ¡Vuelvo en un rato!

Tic, tac.

Ya está :)

Como decía, notaba una fuerza que me atraía y no sabía qué era. De repente, al cruzar una esquina lo vi. Era enorme. Gigante. Era la sandia más grande del universo:

La chica del vídeo anterior tuvo suerte de no toparse con este monstruo

Era tan grande que tenía un campo gravitatorio propio que hacía que las demás frutas levitaran a su alrededor y los cuerpos cercanos eran atraídas hacia ella (como yo).

Era imposible alejarse de ella, no podía hacer frente a ella. Hasta que oí la siguiente frase "vamos, leñe, que hay que comprar un microondas, deja la sandia en paz". Y claro, esa fuerza es mayor que la de cualquier sandia.