domingo, 9 de enero de 2011

Sobre desventuras de una vuelta. Parte 1.

El viernes tocaba volver a tierras húngaras, así que al mediodía rumbo a Madrid en autobús. El viaje se puede resumir en pocos pasos:

11:57 - Enseño mi DNI al chófer, subo y me siento en mi asiento.
12:00 - El bus arranco, digo adiós con la mano a la muchedumbre que ha venido a despedirse.
12:01 - Me propongo leerme lo que me queda de libro en el bus. En 4 horas me da tiempo seguro.
12:02 - Cierro los ojos.
14:07 - Abro los ojos. "Parada técnica de 25 minutos", dice el chófer. Cierro los ojos.
14:27 - Alguien me zarandea. Abro los ojos y miro a mi izquierda. Una chica con acento sudamericano se lleva la mano a la boca: "uyyy... discúlpame, pensaba que era el posamanos". Quiero decir algo como "no pasa nada aunque no entiendo cómo has podido confundir mi hombro con el posamanos" pero solo me salen balbuceos. Lo vuelvo a intentar: "Blbrgrr...". La tía me mira con compasión. Cierro los ojos.
16:24 - Abro los ojos. Me vibra el bolsillo. Ji ji. Me sigue vibrando. Uy, pero si es el móvil. Hablo un par de minutos, no sé si con sentido o no. Cierro los ojos.
16:48 - Alguien me zarandea. Abro los ojos y miro a mi izquierda. La chica con acento sudamericano dice "ya estamos en la capital". Sonrío pero sigo sin poder hablar aún, así que se gira y huye.

Adormilado, me siento en un banco a comer el bocadillo que llevaba preparado, acompañado de un Cola-cao Energy (que viene de perlas, oiga). A los pocos minutos me llama Andrés, que dice que está en el metro, así que bajo para encontrarme con él. Cuando llego Carlos está allí ya y con cara de 'no entiendo nada' dice: "¿pero no acabamos de decidir por teléfono que iríamos en bus que se llega antes y es más barato?".

Deduzco que es con él con quien hablé a las 16:24, pero aún no podría jurarlo. Hago como que ha sido un despiste y subimos al bus-lanzadera que nos llevaría al aeropuerto.


Dejamos la maleta en una balda y nos sentamos los tres. Nos bebemos los cola-caos sobrantes, aprendemos un poco de húngaro, hablamos de Mario Bros y de que no recuerdo en qué terminal nos tenemos que bajar. Al final nos bajamos en la T2, y nada más hacerlo me doy cuenta de que teníamos que habernos bajado en la T1. No pasa nada, pasear es saludable.

"¡¿Carlos, dónde has dejado tu mochila?!", se le oye preguntar a Andrés con angustia. Me giro rápidamente pero Carlos no ha mordido el cebo: "¡la tengo yo idiota, no me des esos sustos!". Nos reímos de la gracia y nos metemos en la T2. Allí preguntamos a una amable señorita que nos explicara cómo llegar a la T1. Nos ponemos en marcha.

"¡¿Xabier, y la maleta?!", grita Carlos. Hay que ser muy ingenuo para caer dos veces en la misma trampa, pero aún así me giro. Carlos no la tiene. Andrés tampoco. Ni yo.

Oh, oh...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y donde esta la maleta?
me he perdido esa parte


porcierto pasalo bien y ya que estoy aqui escribiendo hay va la pregunta

no son pocas 25 tierras?

un abrazo josito

AmatxuBi dijo...

Yo tambien quiero saber que pasa con la maleta.....¿se la quedo Carlos, Andres..o el "conductor" de la lanzadera.

Bueno espero que tengas ropa para ponerte porque con el calorcito que hace por esas tierras......

Besitos

CARMEN

Has visto como si me conecto?

Anónimo dijo...

xabi xabi ya hay otro xabier mas en el mundo

http://www.elcorreo.com/

esta todo muy bien

por cierto xabier es el de las gafitas